La bandera de la URSS sobre el edificio del Reichtag, en Berlín, se convirtió en el símbolo de la victoria sobre el fascismo Autor: Sputnik Publicado: 07/05/2020 | 11:28 pm
El 9 de mayo de 2020 se celebra el aniversario 75 de la Victoria en la Gran Guerra Patria (1941-1945), que fue lograda en gran medida gracias a la valentía y el heroísmo del pueblo soviético, quien hizo la contribución decisiva a la derrota de Alemania nazi y a la salvación de la civilización europea y mundial.
El triunfo le costó mucha sangre a numerosas naciones y sobre todo a la Unión Soviética: las pérdidas humanas en nuestro país superaron 27 millones de personas, los fascistas destruyeron y quemaron 1 710 ciudades, 70 000 aldeas y poblados, además de causar un daño incalculable a la industria y agricultura de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS).
Las hazañas del pueblo soviético en el frente y en la retaguardia siempre se quedarán en nuestra memoria como la mayor manifestación del patriotismo y abnegado servicio a la Patria. Están inscritas para la eternidad en el destino de cada familia de Rusia. El profundo respeto a todos los héroes libertadores, quienes derrotaron el nazismo, lo comparten en diferentes partes del mundo.
La victoria se hizo posible gracias a los esfuerzos conjuntos de los países de la coalición antihitleriana. Altamente valoramos el aporte a su logro de nuestros aliados, quienes no solamente brindaron apoyo a la Unión Soviética con suministros de armas, municiones y productos alimenticios, sino también abrieron el tan esperado segundo frente en Normandía en junio de 1944.
Era precisamente la cohesión de fuerzas y recursos de todos los estados que luchaban contra la Alemania nazi, lo que permitió, pese a las diferencias políticas e ideológicas, liberar a Europa y a todo el mundo de la «peste marrón». El espíritu de esta unidad nosotros, los descendientes, debemos demostrarlo ahora ante las nuevas amenazas del siglo XXI.
En este contexto son absolutamente inadmisibles las tentativas de tergiversar los acontecimientos de aquella guerra, de convertir en ídolos a unos individuos, quienes echando al olvido el honor y la dignidad humana, sirvieron a los nazis, y ahora mienten descaradamente a sus hijos y traicionan a sus antepasados. Tales acciones crean el ambiente favorable para el crecimiento de la xenofobia, el nacionalismo agresivo y diferentes manifestaciones de intolerancia, que provocan los conflictos interétnicos y el surgimiento de las organizaciones y movimientos terroristas que profesan la ideología extremista.
El objetivo de los falsificadores de la historia es llenar las cabezas de las personas poco informadas e ignorantes con las falsedades más inverosímiles sobre los motivos de la Segunda Guerra Mundial, su desarrollo y resultados. A la vez, apuestan a la generación joven que en muchos países a menudo casi nada sabe sobre la lucha de la URSS contra el nazismo y aquellas víctimas incalculables que sufrió en esta confrontación.
Los resultados de tales acciones ya se divisan. En ocasiones se igualan la Alemania nazi y la URSS. Nos cargan la responsabilidad sobre el estallido de la guerra, como si olvidaran quién atacó a Polonia el 1ro. de septiembre de 1939 y a la Unión Soviética el 22 de junio de 1941.
Es cierto que la URSS concluyó con Alemania el Pacto Mólotov-Ribbentrop. Pero la Unión Soviética fue la última que acordó con Berlín el Tratado sobre la no Agresión. ¿Qué iba a hacer nuestro país quedándose a solas con el régimen nazi? A la vez se olvida la hazaña de los combatientes, quienes dieron sus vidas por la salvación de Europa. Solamente en batallas por la liberación de Polonia fallecieron 600 212 soldados y oficiales del Ejército Rojo, de Checoslovaquia (139 918), Hungría (140 004), Alemania (101 961), Rumania (68 993), Austria (26 006), Yugoslavia (7 995), Noruega (3 436), Bulgaria (977). Los soldados soviéticos salvaron a los prisioneros de los campos de concentración en Polonia (Majdanek, Auschwitz, Stutthof), Alemania (Sachsenhausen, Ravensbrück), y de otros más en países bálticos.
No podemos permitir de ninguna manera que alguien tergiverse la historia y blanquee a los verdaderos culpables de esa tragedia de escala global. Es imprescindible guardar en la memoria los acontecimientos del pasado para entender mejor el presente. En tal sentido estamos agradecidos al pueblo cubano que mantiene la solidaridad con nosotros en la protección de la verdad contra sus falsificadores sobre la historia de la Segunda Guerra Mundial.
Cuba hizo su aporte significativo en la victoria común sobre el nazismo: los jóvenes cubanos Aldo Vivó Laurent, Jorge Vivó Laurent y Enrique Vilar Figueredo luchaban en el Ejército Rojo; la Marina Cubana hundió el submarino alemán que tenía por objetivo destruir el barco que transportaba el azúcar a la URSS; más de cien Comités de Apoyo a la URSS recogían y enviaban a la Unión Soviética productos alimenticios y tabaco.
Todos los años los cubanos copatrocinan la resolución de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre la lucha contra la glorificación del nazismo, neonazismo y otras prácticas que contribuyen a exacerbar las formas contemporáneas de racismo, discriminación racial, xenofobia y formas conexas de intolerancia.
El espíritu de solidaridad, demostrado en los años de aquella guerra, nos sirve de ejemplo a seguir en la actualidad. Ahora la humanidad se ha encarado con la nueva amenaza global de pandemia del coronavirus SARS-CoV-2. Todo el mundo está en plena lucha contra este mal. La nueva crisis que provoca ha iluminado una vez más, de una manera bien clara, la interdependencia de todos los países sin exclusión.
Es justo la hora de consolidar la cooperación internacional en la lucha contra este grave problema, dejando de lado nuevamente como en los años 40 del siglo pasado las discrepancias, para al fin volver a ganar una batalla más de envergadura global.
*Embajador de la Federación de Rusia en la República de Cuba
Los hechos de la segunda Guerra Mundial son manipulados por quienes pretenden tergiversar la verdadera historia. Fotos: Sputnik Mundo