Gaza bajo la COVID-19 Autor: Reuters Publicado: 31/03/2020 | 12:02 pm
Palestinos en todo el mundo recordaron el lunes 30 de marzo el aniversario 44 del Día de la Tierra, jornada de protesta contra el despojo territorial y la ilegal construcción de colonias judías en sus propiedades, que siguen siendo robadas mediante la fuerza, según muestra un nuevo informe de la ocupación.
El Día de la Tierra rememora la huelga general efectuada el 30 de marzo de 1976 por palestinos residentes en ciudades árabes dentro de Israel, a raíz del asesinato de seis compatriotas y las heridas infligidas a muchos más que protestaban contra la expropiación de sus parcelas.
A diferencia de años anteriores, en esta ocasión solo se realizaron ceremonias solemnes, sin manifestaciones, y se izaron las banderas de color rojo, blanco, negro y verde en techos y balcones, debido a la reclusión impuesta por la expansión de la enfermedad coronavirus Covid-19.
Las principales manifestaciones del Día de la Tierra se realizaron en las ciudades árabes de Arraba, Sakhnin y Deir Hanna, de donde eran originarios los seis palestinos asesinados ese el 30 de marzo de 1976.
Ese día el gobierno sionista anunció que confiscaría tierra árabe en Galilea, en el norte del país, para construir asentamientos judíos, lo que motivó la airada repulsa de los palestinos sobrevivientes de la limpieza étnica de 1948, quienes representan el 20 por ciento de los habitantes de Israel.
El despojo y la expansión del estado sionista en las tierras asignadas al estado árabe palestino en el plan de partición de Palestina aprobado por la Asamblea General de la ONU en 1947 prosiguió al amparo de la ocupación militar, tras las guerras de rapiña de 1948 y 1967.
A pesar de su ilegal violación del derecho internacional, Israel prosigue su expansión gracias a la indolencia y la aprobación de Estados Unidos que de hecho, bajo la actual administración de Donald Trump pretende legitimarla mediante su aprobación formal.
Un informe publicado el lunes por la Oficina Central de Estadística de Palestina (PCBS) dijo que el número de asentamientos y puestos de avanzada judíos ahora es de 448.
Esto incluye 150 asentamientos aprobados por el gobierno israelí, 26 puestos de avanzada que se consideran extensiones de asentamientos aprobados y 128 puestos de avanzada que se han construido sin la aprobación oficial.
En el informe, el PCBS señaló que el número de colonos israelíes en la Cisjordania ocupada era de 671 007 a fines de 2018.
Además, el año pasado, las autoridades de ocupación aprobaron 8 457 nuevas unidades de asentamiento y 13 puestos de avanzada nuevos.
En el mismo período, demolieron 678 instalaciones palestinas, incluidos 251 edificios residenciales, y emitieron 556 órdenes para que los palestinos dejen de trabajar en la construcción de nuevas viviendas o la renovación de locales más antiguos, refiere el informe.
Las expropiaciones de tierra, la colonización y las demoliciones prosiguen incluso en el actual período de crisis por la propagación de la Covid-19.
Uno de los episodios de este género ocurrió el jueves último, cuando las fuerzas israelíes de ocupación demolieron en la aldea palestina de Khirbet Ibziq, en el valle del Jordán, edificaciones destinadas a una clínica palestina de emergencia para enfrentar el coronavirus.
Auxiliados por excavadoras mecánicas destruyeron la construcción, instalaciones sanitarias y confiscaron material destinado a los contagiados.
Según el observatorio israelí de derechos humanos Btselem, los soldados incautaron postes y láminas designadas para formar ocho carpas, dos para una clínica de campo, dos para una mezquita y cuatro para viviendas de emergencia para personas infectadas y evacuadas de sus hogares.
El brote del nuevo coronavirus ha paralizado buena parte del sur de Cisjordania, según dijo Btselem. Hasta el domingo se reportaban 106 casos confirmados de Covid-19 y un fallecido en los territorios palestinos ocupados de Cisjordania y Gaza.
En medio de la pandemia, la crueldad del régimen sionista se multiplica haciendo más dolorosa la existencia para un pueblo que pretenden exterminar, y no dudan en intensificar las condiciones de pobreza y emergencia, en las cuales el Covid-19 puede ensañarse con mayor letalidad.