Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

La matriuska (IV y final)

Lo vivido el jueves último frente al pabellón de Cuba en el Main Media Center tomó a todos por sorpresa

Autor:

Yuniel Labacena Romero

En estos días rusos nuestros delegados e invitados —que casi no duermen— se levantan muy temprano (paradójica coincidencia). Protegidos por abrigos y bufandas desayunan y toman las guaguas (P) para trasladarse hasta el Main Media Center. Ayer algunos llegaron, incluso, sin abrigos. Parece que ya le van cogiendo el golpe al frío. Nuestros representantes, como los miles de otros países que están en el Festival, antes de entrar a la instalación deben pasar por un riguroso control, que incluye detectores de metales y cacheo, pues hay mucha seguridad en Rusia. Qué decir de los cientos de kilómetros que tienen que recorrer dentro del inmenso y atrayente Parque Olímpico, para las conferencias, almorzar y luego regresar a la villa. Por suerte algunos han apostado por las bicicletas que, al tomarlas en los parqueos, se desbloquean con una aplicación del teléfono celular. Si hablamos de colas, aquí también tienen un puesto bien ganado, pues todo cuanto se hace tiene que pasar por ese «deporte nacional»...

Dicen que a la tercera va la vencida, y si algún recuerdo quedará de este Festival es aquella escena en la que un joven ruso interrumpió la ceremonia inaugural de la cita para pedirle la mano a su novia. Durante el evento, el muchacho, vestido con traje rojo, apareció en el escenario presentándose como Gosha, de la ciudad rusa de Vladikavkaz. «Lo que pasa es que estoy enamorado. Los organizadores me permitieron aprovechar esta oportunidad. Mi novia Cristina está en esta sala; le he propuesto matrimonio ya dos veces. Cristina, mira, estoy aquí, mira qué es lo que soy capaz de hacer». Entonces Cristina no tuvo más remedio que subir al escenario. Cuando lo hizo el joven se puso de rodillas y esta vez ella aceptó la propuesta. Seguidamente Gosha cantó la canción Moyó serdtse (Mi corazón). Cuando abandonaron el escenario, la ceremonia siguió…

Lo vivido el jueves último frente al pabellón de Cuba en el Main Media Center nos tomó por sorpresa. Dicen que allí se organizó de improviso una rueda de casino que resultó bien sorprendente para amigos de otras latitudes, especialmente europeos y asiáticos, quienes se reían mientras disfrutaban de la soltura criolla.

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