Hacking de CIA Autor: Internet Publicado: 21/09/2017 | 06:40 pm
Soy de la generación analógica, la que buscaba la mayor cantidad posible de conocimientos y comunicación en hemerotecas y bibliotecas, en teléfonos fijos y el correo postal y dejábamos plasmadas nuestras ideas a mano sobre el papel o en máquina de escribir; por suerte, la vida me ha hecho compartir también este siglo digitalizado, de enormes ventajas.
No se concibe ya el desarrollo sin las herramientas que proporciona internet, y Cuba defiende el derecho de todos a participar de las nuevas tecnologías, visto más que nada como la puerta abierta que permita avanzar en presente y futuro. Un derecho que ampare al mundo entero, donde las brechas enormes existentes son las que deben cerrarse.
Sin embargo, como país pobre, del mundo emergente, estamos a la zaga de los más desarrollados en cuanto a conectividad, a pesar de que contamos con una fabulosa Universidad de las Ciencias Informáticas, cientos y cientos de Joven Club de Computación, las clases de computación llegaron a las escuelas desde la enseñanza primaria, se instalaron redes de conexión profesionales —como Infomed—, siguen creciendo las decenas y decenas de puntos públicos para la conexión personal con wifi y se prevé que para 2020 el 50 por ciento de los hogares cubanos tenga acceso de banda ancha.
Una información en nuestro periódico Juventud Rebelde publicaba hace un par de días que internet World Stats daba que para finales de 2014, el 28 por ciento de la población cubana tenía acceso a internet.
Algunos piensan que es poco lo hecho y con un criterio estrecho piensan que la prioridad debe ser satisfacer comunicación y sapiencia personal —y no deja de ser válida esa aspiración— y para ello tener wifi gratis en cualquier esquina del país o en la propia casa a precios lo más bajos posibles.
La realidad es una, en 20 años se ha avanzado —la primera conexión a internet en Cuba se realizó en septiembre de 1996 a 65 kbit/s—, y los obstáculos los pusieron las políticas y las leyes del bloqueo de Estados Unidos a Cuba. Todavía hoy no son pocas las páginas web a las que no se tiene acceso desde nuestra geografía nacional, vedadas por una política ciega e injusta.
Paréntesis necesario: internet, que es la red más grande de computadoras en el mundo y que une a millones de usuarios, instituciones académicas y de investigación, empresas, ONG y departamentos institucionales de gobierno, nació como un proyecto militar de Estados Unidos en los años 70 y solo llegó a la sociedad civil en los años 90. Estados Unidos tiene en su territorio el 65 por ciento de los servidores del mundo y en América Latina y África apenas el uno por ciento. Los servidores y su localización son recursos estratégicos para EE. UU. porque en ellos se controla el acceso.
Algunas opiniones que he leído en los comentarios de lectores en nuestra página web, me han llevado a traer a colación algo que prácticamente se desconoce de internet.
Por lo general, existe la creencia de que en todos los rincones del planeta está internet. Sin embargo, más de 4 000 millones de personas no tienen acceso a esa maravilla de la ciencia, según datos de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), y de las 940 millones de personas que habitan en los países menos desarrollados, solo 89 millones están conectadas, lo que indica una penetración de tan solo un 9,5 por ciento.
Estos 4 000 millones no tienen perspectivas a corto plazo para poder tener acceso a las Nuevas Tecnologías de la Información, señalaba EFE el año pasado, cuando se dio a conocer el informe de la UIT.
El diario español El Mundo publicaba el 25 de febrero de 2015 que solo el 38 por ciento de la población mundial se ha conectado alguna vez a la red, según la investigación Estado de la conectividad: Informe sobre el acceso global a Internet, publicada por la plataforma Internet.org, impulsada por Facebook, «que refleja también que la adopción de internet se ha desacelerado por cuarto año consecutivo», agregaba el diario que da las cifras: del 14,7 por ciento en 2010 hasta el 6,6 por ciento en 2014.
Hablamos de la brecha que debe cerrarse y los índices son estos: mientras en los países desarrollados el 32 por ciento nunca se ha conectado a internet, en los países ¿en vías de desarrollo? el 78 por ciento nunca ha accedido a la red de redes.
Tampoco es malo ver los datos de aquellos desarrollados donde existe la mayor cantidad de personas conectadas, pero no llegan al ciento por ciento: el 65,4 por ciento en Europa y el 84,4 por ciento en Estados Unidos. A su lado, solo el 13,7 por ciento de la población de los países del Sudeste asiático y el 16,9 por ciento del África subsahariana.
Me parece interesante exponer las conclusiones a las que llegó la red social Facebook sobre las barreras para el acceso a internet: infraestructura, precio y conciencia sobre el valor de la conectividad.
Tres elementos a tener en cuenta cuando juzguemos los esfuerzos cubanos y también las grandes diferencias en un mundo que deja mucho que desear en derechos e igualdades, y donde impera la dependencia y la subordinación tecnológica… Ah, bueno es recordar que Cuba no se desacelera.