WASHINGTON, enero 26.— Los departamentos de Comercio y Tesoro estadounidenses emitieron este martes un comunicado conjunto que modifica restricciones a Cuba establecidas por la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC), en materia de exportaciones, viajes y aviación civil, medidas que se aplicarían a partir del miércoles 27 de enero.
Los cambios —que ajustan prohibiciones establecidas por el bloqueo económico, comercial y financiero sobre la Isla, que data del 3 de febrero de 1962—, autorizan ahora a instituciones bancarias y financieras de EE.UU. a proveer créditos solo para las exportaciones y reexportaciones autorizadas, excepto para las ventas agrícolas que por ley están sujetas a pagos en efectivo por adelantado.
Aunque de carácter limitado, esta medida implica que Cuba no tendría que pagar en efectivo por sus presumibles compras de productos estadounidenses, incluidos los producidos en un tercer país. Sin embargo, se mantiene la estricta restricción al uso del dólar para las transacciones comerciales cubanas, lo cual encarece y hace engorrosa cualquier negociación, incluso con terceros.
Prensa Latina recuerda que desde el 8 de julio de 1963 —hace 53 años—, el Departamento del Tesoro norteamericano emitió el Reglamento de Control de Activos Cubanos, para permitir la ejecución del bloqueo económico, comercial y financiero contra La Habana, que hasta hoy provocó pérdidas por cerca de 121 mil millones de dólares a la economía de la Isla.
El comunicado dado a conocer este 26 de enero, incluye modificaciones a regulaciones establecidas por la OFAC en la prestación de seguridad y servicios de transporte aéreo, espacios bloqueados y acuerdos de arrendamientos temporales, y abre otras autorizaciones de viajes a Cuba.
La política general de aprobación de licencias abierta en esta ocasión autoriza también las exportaciones de productos agrícolas actualmente no permitidos como insecticidas, pesticidas y herbicidas.
En cuanto al punto de los viajes, licencia aquellos relacionados con las exportaciones o reexportaciones autorizadas, donde están incluidos viajes para investigación de mercado, marketing comercial, negociación de contrato y venta, carga acompañada, instalación, arrendamiento, o el ofrecimiento de servicios en Cuba relacionados con los productos autorizados para la exportación por parte de Estados Unidos.
Los viajes también están permitidos al personal que opera o brinda servicios en las embarcaciones y aeronaves autorizadas por el Departamento de Comercio a transportar viajeros a Cuba, y aquellos relacionados con la organización de reuniones y conferencias profesionales en Cuba, de producciones artísticas o deportivas, entre otros.
Sigue excluida la posibilidad de viajes pueblo a pueblo individuales.
Las nuevas regulaciones, que entrarán en vigor mañana (miércoles 27), reconocen parcialmente como compradoras a las empresas estatales cubanas que «ofrecen bienes y servicio a los ciudadanos cubanos», pues hasta el momento, y por medidas anteriores, solo se permitía negociar con empresarios no gubernamentales.
Las licencias que serían analizadas caso a caso, podrían incluir las exportaciones estadounidenses para la producción agrícola, la educación, obras de preservación cultural, procesamiento de alimentos, preparación para desastres, auxilio y respuesta, sanidad y salud pública, renovación de viviendas, transporte público y construcción de infraestructura.
Deja bien establecido que esas licencias están denegadas para productos de uso de empresas estatales, agencias y otras organizaciones que generen ingresos al Estado cubano, así como para las fuerzas armadas, la policía, los servicios de inteligencia y los órganos de seguridad.
Al mismo tiempo, sigue cerrado lo que debe ser un camino de doble vía, pues en ningún momento el documento establece para el mundo empresarial estadounidense la posibilidad de importar producciones, bienes o servicios cubanos, una clara limitante en un proceso de normalización de las relaciones entre Washington y La Habana. En este nuevo paquete regulador, Cuba sigue siendo el exportador ausente, comentaron analistas.
Hay un acápite que sigue siendo privilegiado por el gobierno estadounidense, y al respecto se anuncia la creación de un nuevo protocolo para aprobar las exportaciones y reexportaciones de artículos de telecomunicaciones, un sector donde en medidas anteriores ya habían sido aprobadas las inversiones, las compras, las ventas y las compañías mixtas.
Se trata de mercancías de programas informáticos para organizaciones autoproclamadas de derechos humanos, individuos y organizaciones no gubernamentales que promuevan lo que llaman «actividad independiente» en Cuba.
también se refiere a mercancías y programas informáticos para la recolección de noticias por oficinas de prensa de Estados Unidos en la Isla, y equipos de telecomunicaciones que mejoren las comunicaciones hacia, desde y entre el pueblo cubano.
Esta amplia apertura en el campo de las telecomunicaciones no se da en otros sectores que permitirían el avance económico y tecnológico cubano; la denegación de licencias se hace expresamente a la industria turística y a las vinculadas con la extracción y producción de minerales y materias primas.
Aun cuando en lo esencial, el bloqueo sigue vigente, el nuevo paquete de medidas que responde a los intereses de Estados Unidos confirma que el Ejecutivo norteamericano tiene prerrogativas que pueden modificar más aún la política de sanciones, y de utilizarlas, estará haciendo irreversible el camino emprendido para la normalización de las relaciones.