Ejército israelí enluta nuevamente un hogar en Cisjordania

TEL AVIV, julio 3.— Un joven palestino fue muerto por el ejército israelí en un enfrentamiento en las cercanías del puesto de bloqueo de Qalandiya, en Cisjordania, tras haber tirado piedras contra el yipi del comandante de la Brigada Benyamin, Israel Shomer, dijo ANSA.

El joven, Muhammad al Qusba, de 18 años, definido como partidario de Hamas, murió en el hospital en Ramalá, confirmó un vocero militar.

Tras su muerte se sintió una fuerte tensión en la zona de Ramalá, donde vivía, y en Jerusalén, donde las plegarias islámicas del Ramadán se realizaron en medio de fuertes medidas de seguridad.

Este viernes es, además, el primer aniversario de la muerte del adolescente palestino Mohammed Abu Khdeir, quemado vivo en Jerusalén por tres extremistas judíos aún bajo proceso.

ANSA reportó también que solo pudieron acceder a la Explanada de las Mezquitas los palestinos adultos, y las calles vecinas fueron cercadas por la policía.

Según EFE, cientos de palestinos se manifestaron en el barrio de Shuafat, territorio palestino de Jerusalén Este ocupado por Israel, para pedir una Tercera Intimada.

«Queremos una nueva Intimada», gritaban los manifestantes, según informó el medio digital Ynet, el cual agrega que algunos tiraron piedras contra el tranvía de Jerusalén, mientras la policía israelí reforzó su presencia a la entrada del barrio. También utilizó un camión de agua antidisturbios y un globo aéreo de observación, si bien la jornada transcurrió sin apenas incidentes.

Gaza también está a un año de la invasión aérea y terrestre que lanzara Israel contra la Franja, en julio-agosto del pasado verano, y las ruinas continúan reinando en esa tierra palestina, donde se considera muy penoso el camino de la recuperación, al punto de que una información de Reuters expone que es tan lenta la llegada de materiales que la pasada semana la ONU dijo que podría llevar 30 años reconstruir los daños.

El mes pasado, el Fondo Monetario Internacional definió que la economía de Gaza estaba al borde del colapso, con un desempleo cercano al 45 por ciento entre su población de 1,8 millones de personas, y el sector manufacturero prácticamente moribundo, el que otrora fuera fuerte elemento en la economía.