Los propios estadounidenses marcharon el sábado contra la vigilancia interna y el espionaje masivo internacional. Autor: Reuters Publicado: 21/09/2017 | 05:41 pm
WASHINGTON, octubre 28.— La Casa Blanca afirmó este lunes que debe sopesar mucho mejor los riesgos y beneficios de sus operaciones de inteligencia, en medio del escándalo de espionaje hacia ciudadanos y gobiernos extranjeros que envuelve a Estados Unidos.
«Necesitamos asegurarnos que nuestros recursos de inteligencia están apoyando de manera efectiva a nuestra política exterior», dijo el portavoz de la mansión ejecutiva, Jay Carney, luego de que el diario The Wall Street Journal anunciara —citando como fuentes a autoridades estadounidenses—, que Washington puso fin a las escuchas por parte de la agencia Nacional de Seguridad (NSA) a la canciller alemana Angela Merkel y a otros líderes mundiales, «luego de que el presidente Barack Obama se enterara de esas escuchas», publicó AFP.
En esas declaraciones justificativas de lo que ha abierto un escándalo político de envergadura, Carney también afirmó que las revisiones internas sobre el programa de inteligencia de EE.UU. asegurarían la vigilancia adecuada «para la seguridad de nuestros ciudadanos y nuestros aliados y las preocupaciones sobre la privacidad, compartidas por los estadounidenses y ciudadanos de todo el mundo».
Sin embargo, este lunes la ONU y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) pidieron explicaciones a EE.UU. por la vigilancia masiva de las comunicaciones, una práctica que, advirtieron, debe tener controles judiciales y parlamentarios porque «inevitablemente se convierte en un sistema abusivo en el que se impondrá el poder sobre la gente, las opiniones y críticas serán reprimidas y, por tanto, esta violación de la privacidad se convertirá en una forma de censura», advirtió el relator especial de Naciones Unidas para la libertad de opinión y expresión, Frank La Rue, quien fue citado por la DPA.
También el representante de la organización de derechos civiles American Civil Liberties Union ACLU, Alex Abdo, advirtió que las acciones de la NSA han «erosionado profundamente» la capacidad de confiar en las comunicaciones básicas para la libertad de asociación y expresión, algo que, subrayó, podría tener repercusiones aún más graves que el caso concreto estadounidense.
En vista de la gravedad de las consecuencias de este tipo de vigilancia masiva, la CIDH por su parte subrayó la importancia de que se ponga un «coto» a estas prácticas y que, además, sean controladas tanto desde el Estado como por parte de la sociedad civil, agregó DPA, aunque dio por «legítimo que los Estados intervengan en las comunicaciones de las personas para alcanzar unos fines de seguridad nacional».
Este lunes, España reclamó a Estados Unidos explicaciones por las presuntas escuchas telefónicas en el país, manteniendo viva la tormenta diplomática, especialmente virulenta en Alemania, tras darse a conocer por el diario español El Mundo que la NSA espió más de 60 millones de llamadas telefónicas en ese país entre diciembre de 2012 y enero de 2013, sumándose a una larga lista de Estados europeos espiados como Francia y Alemania.
Mientras, una delegación del Parlamento Europeo se encuentra en Estados Unidos para hablar sobre «el impacto de los programas de vigilancia sobre los derechos fundamentales de los ciudadanos de la UE, en particular, el derecho a la vida privada».