Anunciadas las elecciones municipales para el 8 de diciembre. Autor: AVN Publicado: 21/09/2017 | 05:34 pm
CARACAS, Venezuela.— Cada día parece ser crucial para este país. Porque difícilmente transcurra una jornada sin acontecimientos trascendentales para la vida política de la nación.
Hace unas horas, por ejemplo, el Consejo Nacional Electoral (CNE) anunció la realización, el 8 de diciembre de 2013, de las elecciones municipales. Estas, como se sabe, habían sido pospuestas por múltiples razones, entre estas la realización de las presidenciales del 14 de abril (14-A), convocadas luego del lamentable fallecimiento físico —que no espiritual— de Hugo Chávez Frías.
Otra causa de la postergación también es conocida: la pataleta intencionada de la derecha después del 14-A, que implicó un minucioso proceso —todavía inconcluso— de auditoría ampliada de verificación ciudadana. Por cierto, dicho sea de paso, hasta ahora, con el 89,39 por ciento de las mesas electorales auditadas, no se han detectado anomalías significativas que pongan en entredicho el sistema eleccionario venezolano. Los ladridos del antichavismo —se refrenda— eran y seguirán siendo para apostar a la desestabilización y no al juego genuinamente democrático.
Yendo de nuevo a las municipales, el país entrará ahora en otra contienda decisiva porque es en la localidad, en el barrio, en el escenario estrecho donde se palpan o no los frutos de las políticas emanadas más arriba. En diciembre se elegirán casi 2 800 cargos, que incluyen 335 alcaldes y 2 435 concejales.
El chavismo, entonces, tiene la oportunidad de seguir consolidando el proyecto revolucionario luego del ajustado pero histórico triunfo de abril aunque en las municipales los porcentajes de participación tienden a ser ostensiblemente menores que en las presidenciales.
Una de las pruebas será conseguir números similares o superiores a las municipales de 2008, que les dieron a los revolucionarios más del 75 por ciento de las alcaldías.
Otra, demostrar y confirmar el camino —tantas veces mencionado por Chávez— de la unidad, con candidatos que aglutinen a los revolucionarios más allá de su militancia. Claro, porque el chavismo no solo se construye en torno al Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), pues otras fuerzas políticas también tienen influencia en lo que aquí llaman el Gran Polo Patriótico.
No por gusto el presidente, Nicolás Maduro Moros, ha recalcado en varios espacios la importancia del concepto unitario para los comicios de diciembre y ha señalado la necesidad de dejar atrás filosofías personalistas, que han penetrado en determinados sectores que se dicen chavistas.
Sin embargo, el mayor examen probablemente tenga que pasarlo la oposición que, en aras de desequilibrar al país, ha blasfemado cuanto ha querido del CNE, el mismo ente que rectorará las votaciones. Los antichavistas han declarado sus intenciones de ganar la mayor cantidad de alcaldías y ya algunos de sus potenciales candidatos hacen campaña velada en los que este redactor llama medios de veneno masivo.
Pero a cualquiera con dos dedos de frente le vienen las dudas a raíz de esos deseos: ¿Para las presidenciales el sistema del CNE no era confiable y para las municipales sí? ¿Qué dirán los opositores que, como en el pasado, ganen alcaldías importantes del país? ¿Renunciarán a su triunfo? ¿Volverán a apostar a la guerra psicológica y a los llamados golpes suaves si se producen resultados reñidos?
Toda Venezuela estará atenta. Y las fuerzas revolucionarias muy alertas porque la derecha intentará de nuevo todos los senderos posibles, incluidos los vinculados al extranjero.
Por eso el chavismo tendrá que seguir ganando espacios, demostrando que Chávez está vivo por encima de consignas, fortaleciendo la economía para el pueblo, avivando el Gobierno de calle y, sobre todo, sembrando más conciencia.