Fuerzas bolivarianas reafirmaron frente a la embajada de Cuba en Venezuela que la resistencia revolucionaria y el socialismo han de ser el futuro de nuestros pueblos. Autor: José M. Correa Publicado: 21/09/2017 | 05:19 pm
CARACAS.— Cuba y su revolución fue la víspera centro de las jornadas de conmemoraciones del pueblo venezolano para denunciar y no olvidar el salvajismo de la derecha local e internacional durante el golpe de Estado del 11 y 12 de abril de 2002 para deponer y asesinar al presidente Hugo Chávez Frías.
Una marcha y acto de desagravio concentró en la mañana de este jueves a fuerzas bolivarianas que se desplazaron hasta la sede diplomática para ratificar la solidaridad y los lazos existentes entre ambos países.
Mari Pili Hernández, ministra para la Juventud, calificó la concentración como otra muestra más de amor, fraternidad, cariño y ternura entre los dos pueblos y sus líderes.
Hace diez años, el fascismo llegó hasta esta calle; es el mismo que ahora puja y desestabiliza en vistas a las elecciones presidenciales y tiene como candidato a uno de los protagonistas de aquellos hechos, señaló.
«Gracias Cuba por su ejemplo de más de 50 años. Por ser—agregó—una fortaleza en los años más duro de América Latina».
El canciller Nicolás Maduro, otro de los oradores, transmitió a los congregados un saludo del presidente Hugo Chávez.
Recordó que diez años atrás, la derecha demostró lo que era capaz de hacer si volvía al poder. Nunca en el continente había ocurrido algo así frente a una sede diplomática, señaló al describir la brutalidad, odio e irracionalidad tanto de quienes sitiaron como de quienes estaban detrás de ellos.
Denunció que el actual candidato de la reacción a las elecciones presidenciales del 7 de octubre, Henrique Capriles Radonski, acudió entonces a la embajada, como alcalde del municipio Baruta —asiento de las instalaciones diplomáticas isleñas— para dar legitimidad y supervisar el asalto de las turbas.
Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea Nacional, destacó el ejemplo de heroísmo que demostraron los cubanos durante el sitio y los ataques de que fueron víctima durante la asonada, derrotada en menos de 48 horas por el pueblo y las inmensas mayorías de militares patriotas venezolanos, en especial sus jóvenes.
FORO ASEDIO A UNA EMBAJADA
El libro Abril sin censura, de Germán Sánchez Otero, quien durante los sucesos del golpe de abril fascista de 2002 en Venezuela era el embajador de Cuba aquí, fue presentado durante el foro Asedio a una embajada.
Prologado por el periodista y político José Vicente Rangel, quien durante los sucesos era el Ministro de Defensa del país, los participantes en el evento hicieron una disección plural de los hechos, el aprendizaje que dejó, y reivindicaron la entereza y dignidad como principios irrenunciables de las revoluciones.
De casi trescientas páginas, Abril sin censura cuenta en detalle —muchos inéditos— los acontecimientos, antecedentes y lecciones del golpe de Estado. También arroja nuevas pistas sobre el sitio a la embajada, el consulado y la residencia diplomáticas cubanas en Caracas durante aquellos duros días.
En opinión de este redactor, se trata de un documento histórico imprescindible, y, a la misma vez, de un gran reportaje de periodismo literario que termina siendo una novela-testimonio y que se lee como un thriller político; aunque: nada es ficción.
El autor, diplomático avezado, investigador acucioso y protagonista de parte de los sucesos contados, narra sus experiencias y se apropia de la psicología y el sentir de los personajes reales que componen la historia.
Con muchos de ellos —incluido los golpistas— intercambió y tuvo «cercanos acercamientos» debido a su carisma, habilidad y talante, y la autoridad y respeto que emana del país que representaba: Cuba, y a su líder: el Comandante en Jefe.
Fidel aparece aquí, una vez más, como un hombre imprescindible, y clave, en el curso de la historia mundial. Y no se trató de un recurso de autor, sino de una realidad insoslayable.
Andrés Izarra, ministro de Información local, explicó en la presentación del volumen que se está ante «un relato integral y complejo de los hechos acontecidos entre el 11 y el 14 de abril de 2002», desde el golpe (antes de él), su derrota y el regreso épico de Hugo Chávez a Miraflores (sede de Gobierno).
En su reseña sobre el «lanzamiento», los medios públicos venezolanos indicaban que la obra había permitido compartir momentos emblemáticos para el proceso.
Abril sin Censura fue presentado por Ediciones Correo del Orinoco y el Ministerio de Comunicación e Información venezolano, con la coedición de la cubana Editora Política.
Unos 20 000 ejemplares serán distribuidos entre el público venezolano.