Alianza Bolivariana para las Américas. Autor: Juventud Rebelde Publicado: 21/09/2017 | 05:17 pm
CARACAS.— La Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) es «la plataforma unitaria más avanzada que hay en este mundo», según la califica el presidente Hugo Chávez.
El líder bolivariano convocó a sus homólogos de los países integrantes a realizar una nueva cumbre en los próximos días.
La fecha definitiva dependerá de las agendas presidenciales de sus miembros, aunque ya la reunión tiene plato fuerte: la creación de una zona económica del ALBA.
No le falta razón al presidente Chávez cuando califica al eje como el más avanzado del planeta. Mas, en realidad, el ALBA es el ejemplo cimero de la integración económica, política, social y cultural entre estados nacionales desde que esta categoría surgió en la historia de la humanidad.
El siglo XX fue la centuria del surgimiento y desarrollo de procesos, pactos, alianzas y bloques regionales o políticos, pero ninguno es comparable con el ALBA, el más joven, radical y promisorio de los proyectos unionistas del siglo XXI.
Es un bloque de iguales. Sus pilares son la solidaridad, la equidad, la cooperación, la complementariedad, la voluntad común, el respeto a la soberanía y la autodeterminación.
Su énfasis en el desarrollo humano y social, político y económico, en lo cultural y la justicia, en el respeto a la diversidad, la tolerancia y la pluralidad, es un resultado de la experiencia histórica del hombre, de sus mejores hitos o potencialidades, hasta ahora nunca exploradas.
También es la suma del acervo acumulado por los pueblos de la región, sin lugar a dudas, la más esperanzadora y recia, tanto en lo económico como en lo político, de la actualidad, y cuyos pueblos, desde hace ya más de diez años, han ido colocando en el poder a sus fuerzas y líderes más progresistas.
También es fruto de la confluencia en tiempo y espacio de líderes de izquierda de origen y preparación disímil, pero con un compromiso profundo con sus naciones, la región y el mundo, desde la humildad y la humanidad.
Chávez y Fidel fueron los fundadores del ALBA. La alianza ha ido creciendo desde los pronunciamientos políticos a la articulación de mecanismos econó-
micos, financieros, culturales, deportivos, cada vez más fuertes y concatenados. Incluso, se ha llegado a la creación de una moneda única, el Sistema Unitario de Compensación Regional (SUCRE), que poco a poco va marcando las relaciones materiales entre sus naciones.
Además de crear la zona económica de la alianza —de la que aún no han trascendido muchos detalles— la cumbre convocada por Venezuela para los próximos días, según dijo Chávez, fortalecerá el Banco del ALBA, que funciona desde 2009 —según reza en su fundación— para reducir la pobreza y las asimetrías, fortalecer la integración y promocionar el intercambio económico justo, dinámico, armónico y equitativo.
También se le pasará revista al Tratado de Comercio de los Pueblos (TCP) y al desempeño de las empresas Gran nacionales.
Además, pudiera entrar en agenda la incorporación de otros países de Centroamérica y el Caribe que lo han pedido, según ha dicho el presidente bolivariano sin dar más pistas.
Hoy el ALBA lo conforman Venezuela, Cuba, Ecuador, Bolivia, Nicaragua, Antigua y Barbuda, Dominica y San Vicente y las Granadinas. También era parte activa Honduras hasta el golpe de estado respaldado por la ultraderecha estadounidense.
Lo cierto es que en apenas ocho años, desde su fundación en 2004, el ALBA, con sus principios de construir una relación entre países en base a la reciprocidad, la solidaridad, la cooperación y la complementariedad, y en contra de la competencia comercial y la mezquindad económica, se ha convertido en un ejemplo de interdependencia, soberanía y autodeterminación. Y está llamado a convertirse en el crisol de Nuestra América.