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Prasovic no pudo con el peso de La Cruz

Julio César La Cruz tuvo como rival a Dilan Prasovic, un montenegrino de 30 años, quien le había sacado 10 libras de diferencia en el pesaje

Autor:

Javier Rodríguez Perera

Un golpe fuerte al rostro, poco tiempo después de comenzar el primer asalto, lo envió directo a la lona negra del cuadrilátero en el hotel Meliá Internacional de Varadero, Matanzas. Algunos segundos permaneció rodilla en suelo el boxeador cubano Julio César La Cruz, mientras le aplicaban un conteo de protección y una parte del público comenzaba a alimentar la idea de que La Cruz no podría vencer a Dilan Prasovic, un montenegrino de 30 años, natural de Kotor, que horas antes le había sacado 10 libras de diferencia a su oponente en el pesaje.

Julio César se levantó, recuperado del impacto, y volvió a la carga en el combate estelar de la Cuban Boxing Night, cartelera profesional de seis enfrentamientos realizada en la noche del viernes. El camagüeyano, en su interior, tal vez pensó que la vía más efectiva para poder sacar de su camino a un rival superior en peso y estatura era devolverle la moneda. Más de uno sostuvo ese criterio, a voz en cuello, en un salón a la altura de la ocasión.

El local estudió velozmente a Prasovic. Incrementó el ritmo de golpes y, en resumen, fue capaz de provocarle cuatro conteos entre ganchos y rectos. El último y decisivo fue un gancho al hígado que dejó a Dilan en preocupantes condiciones y de eso se percató el árbitro y cada uno de los asistentes. La pelea, si seguía, no iba a hacer más que estirar el sufrimiento de un boxeador fuerte, sí, pero carente de elementos técnicos.

Fue así que el enfrentamiento puso punto final en el tercer episodio y de esa manera estuvo bien lejos de llegar al round 12. Julio César, muy eufórico, como mismo estaba el público, no hacía más que celebrar un éxito que lo envió a la discusión por la faja mundial de la división bridgerweight de la World Boxing Association (WBA).

Al término de su demostración y luego de ser felicitado por cuanta persona se encontrase a su paso, el vencedor declaró a la prensa que la vida enseña a tropezar y a levantarse, y lo más importante es la fortaleza y la voluntad que se le ponga a esa recuperación. Reconoció que su contrario lo aventajaba en peso corporal, por lo que la posibilidad de un gran golpe a favor del montenegrino, como ocurrió al principio, era muy real.

«Me centré en concentrarme y en recuperarme. A muchos le dan un golpe así y no se levantan, porque se preocupan más por pararse, pero yo no hice eso. Me centré en vivir ese momento, que lo he vivido poco en el boxeo, y en ese sentido debo agradecer a algunos entrenadores que he tenido, los cuales me enseñaron a qué hacer en situaciones como esa. Luego peleé con valentía y con el corazón y gané, no podía quedar mal ante mi familia y el público», explicó el doble campeón olímpico.

En esta velada también resaltaron las fajas continentales de la WBA de los guantanameros Yakelín Estornell (66.6 kg; superior a la dominicana Lina Tejeda por KO técnico) y Arlen López (79.3 kg; triunfador ante el argentino Martín Bulacio por votación unánime), el pinareño Lázaro Álvarez (61.3 kg; mejor que el quisqueyano Miguel Santos por KO técnico), él cienfueguero Erislandy Álvarez (63.5 kg; ganador frente al dominicano Brainer Vásquez por KO en el asalto inicial) y el marroquí Moussa Gholam (58.9 kg; vencedor contra el dominicano Misael Vásquez por KO técnico).

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