Un manifestante con el mensaje "Somos la tierra de la resistencia" pintado en su cuerpo participa en una protesta para exigir la salida del poder del presidente, Alí Abdalá Saleh, en Saná (Yemen). Autor: EFE Publicado: 21/09/2017 | 05:10 pm
SANAA, junio 2.— Los enfrentamientos entre fuerzas del presidente yemenita, Alí Abdulah Saleh, y seguidores del jefe tribal Sadeq Al-Ahmar prosiguieron hoy en esta capital, con saldo de unos 40 muertos, mientras prolifera la violencia en el sur, reportó PL.
Por segundo día consecutivo Sanaa quedó prácticamente intransitable de su lado norte y oeste, que controlan los miembros de la tribu Hashed que lidera Al-Ahmar, al este y sur, desde donde las fuerzas de seguridad y el Ejército gubernamentales combaten a los alzados.
La televisión oficial difundió imágenes de la sede del Ministerio del Gobierno Local con cristales rotos, paredes quemadas y huellas del impacto de proyectiles de grueso calibre, luego de ser escenario de choques de milicianos tribales con uniformados y partidarios de Saleh.
Los miembros de la influyente tribu, a uno de cuyos clanes pertenece el propio mandatario de Yemen, cuentan con el respaldo de un sector del Ejército que se pasó a su lado luego que el gobernante rechazó firmar un acuerdo que estipulaba su renuncia a cambio de inmunidad judicial.
El plan del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) Pérsico, avalado por Estados Unidos y Europa, fijaba un plazo de 30 días para ceder el poder al vicepresidente del país, quien formaría un gobierno encabezado por la oposición y convocaría a elecciones en dos meses.
Después de la negativa del jefe de Estado, el 23 de mayo se desataron las hostilidades en Sanaa y en regiones conflictivas del sur como Taiz, donde en apenas cinco días perecieron más de 50 personas, básicamente manifestantes opositores, como resultado de la violencia.
Igualmente, la situación prevalece sumamente tensa en Zinjibar, en la provincia costera meridional de Abyan, tomada por milicias radicales que el gobierno vincula a Al-Qaeda y amenazaron con instaurar un emirato islámico.
Tanto en Taiz como en Zinjibar los opositores denunciaron que la aviación militar atacó concentraciones e instalaciones de los sublevados, lo que indujo a pensar en un deterioro de la crisis hacia una guerra civil.
Pese a haber pactado el pasado fin de semana una tregua, los choques se reanudaron cuando la tribu Hashid denunció que soldados atacaron la residencia de Al-Ahmar en esta capital, mientras el Gobierno los acusó de intentar ocupar ministerios y otros edificios públicos.
La oposición, aunque coincide en exigir la renuncia del presidente y un proceso de transición democrática, está dividida entre los partidos políticos tradicionales que aceptaron el plan del CCG y manifestantes callejeros que desean juzgarlo por cientos de muertes.
Esas agrupaciones señalan que el estadista trata de avivar el temor a un repunte del terrorismo en este país para aferrarse al poder, y pidieron más presiones de Washington, que declaró a Saleh «fuente del conflicto», luego de ensalzarlo dentro de su cruzada contra Al-Qaeda.