CARACAS, Venezuela.— Les tocó madurar muy pronto y asumir grandes tareas en estos primeros diez años de la Revolución Bolivariana.
María Rosa Jiménez. María Rosa Jiménez es la presidenta del Instituto Nacional de la Juventud de Venezuela, y Robert Serra uno de los más activos militantes de la Juventud del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), que integra la Dirección Nacional del Frente de Jóvenes y Estudiantes por Sí a la Enmienda Constitucional.
Esta agrupación representa, moviliza y organiza a los jóvenes revolucionarios bolivarianos en la apuesta por la ampliación de los derechos políticos del pueblo.
A María Rosa y Robert los encontramos dando batalla en los sitios más insospechados. Lo mismo en la sala de conferencias de una universidad, que ante las cámaras de Venezolana de Televisión, pero sobre todo en la calle.
Conscientes de lo importante que resulta para Venezuela el Referéndum consultivo del próximo domingo 15 de febrero, para ellos no ha habido descanso, ni para cientos de miles más, desde noviembre último. Cambiar de actividad ha sido el descanso nuestro, nos dice María Rosa, una muchacha de hablar pausado, pero muy auténtica en sus convicciones.
Robert Serra. Robert Serra, por el contrario, es inquieto. Con apenas 22 años, le hace honor a su profesión. Graduado de Derecho, no hay quien le quite la palabra cuando oye a alguien hablar de la reelección indefinida de Chávez. «Vengo de una Universidad —nos cuenta— donde el rector sale todos los días diciendo que mi Presidente viola el principio de la alternabilidad, mientras él lleva 18 años en el rectorado y nadie lo eligió.
Ahora que se entró en la fase final de la campaña de los movimientos sociales y políticos que apoyan al Gobierno Bolivariano y se han aliado en torno al «Sí», ellos estarán desplegados en la calle hasta el día 15, nos advierten.
Más de 60 000 jóvenes y estudiantes realizarán una gran movilización en Caracas, este jueves 12, para celebrar el Día Nacional de la Juventud y dar una contundente demostración de apoyo a la Enmienda Constitucional.
—Los medios de comunicación opositores repiten que la juventud venezolana no está con la Revolución...
—Robert: Ese supuesto es el resultado de una campaña mediática más de la oposición. El sector oposicionista cuenta con el 80 por ciento de los medios impresos, el 60 por ciento del espectro radioeléctrico en empresas privadas y con el respaldo de cadenas internacionales como CNN y la BBC, entre otras, que están en contra del proceso revolucionario.
«La juventud venezolana es vanguardia de la Revolución. Son jóvenes quienes comandan las misiones Robinson y Ribas en Venezuela; son jóvenes los facilitadores y los que se han beneficiado con el programa de Medicina Integral Comunitaria, o los de la Misión Che Guevara; como también lo son los más de diez millones de venezolanos en las aulas, gracias a la Revolución. Es gracias al Presidente, además, que nuestro principal organismo de becas, la Fundación Gran Mariscal de Ayacucho, deja de ser un organismo crediticio y de élite para convertirse en un organismo gratuito a través del cual el Estado le da prioridad a la clase excluida durante años, y a los que verdaderamente no tienen cómo pagar una universidad privada».
—María Rosa: El imperialismo y sus lacayos siempre van a generar la opinión de que a la juventud venezolana no le interesa la Revolución, y lo hacen por la vía del adoctrinamiento, y estimulando la apatía política, el consumismo, la superficialidad y la enajenación de los jóvenes que nos adversan, que no quieren a la Revolución ni a Chávez, ni a nadie. Pero la Revolución Bolivariana en estos diez años ha obtenido muchos logros en materia juvenil, y ello evidencia que dentro del proceso hay espacio para todos; incluso hasta la posibilidad de participar de quienes se oponen. Salir a la calle, sea un movimiento estudiantil de izquierda o derecha, era algo impensado en la IV República o en gobiernos anteriores. Eso no era posible cuando la burguesía estaba en el poder.
«También hay logros muy tangibles, como las Misiones Sociales. Dentro de esa gran masa de pueblo que se ha beneficiado con las más de 20 misiones existentes, un lugar importante lo ocupan los estudiantes, los niños y adolescentes venezolanos. También hay organizaciones que nacieron con el proceso, como el Frente Francisco de Miranda, que aunque cuenta hoy con 25 000 jóvenes militantes en sus filas; su razón de ser es atender tareas de la Revolución Bolivariana, y en su todavía corta vida —cinco años— ha llegado de manera directa a no menos de diez millones de personas».
—¿De qué universo de jóvenes y estudiantes estamos hablando?
—Robert: Cuando la Revolución Bolivariana llegó al poder teníamos 500 000 estudiantes en población flotante, que se graduaron de bachilleres, pero no pudieron ingresar en ninguna universidad. Había otros 800 000 que no concluyeron el Liceo, por la deserción a que nos acostumbró el viejo sistema educativo; y existían 1 500 000 que ni siquiera sabían leer ni escribir. Hoy la realidad es otra. Tenemos a ese millón y medio de venezolanos que ya saben leer y escribir; contamos con un país libre de analfabetismo; hay 800 000 estudiantes en aulas, en la Misión Ribas, y 500 000 en la Misión Sucre, además de diez institutos universitarios que ha abierto la Revolución.
«Si sumáramos y partiéramos del principio irreal y falso de que todos los estudiantes de las universidades autónomas, de la Central y la Simón Bolívar, y de las universidades privadas, todos, solo llegarían al 18 por ciento de la población estudiantil. Quiere decir que serían una pírrica minoría en el país. Pero ese es un supuesto negado. Por ejemplo, yo vengo de una universidad privada, de las más elitistas de Venezuela, y salí chavista. Lo cual nos hace pensar que no todos son opositores. Por consiguiente, ellos no estarían llegando ni al diez por ciento de la población estudiantil, y se abrogan el derecho de la representación de todo el país. Por eso estamos hablando de que la mayoría de la juventud venezolana está con Chávez.
«También está la Juventud del Partido Socialista Unido de Venezuela. El pasado año celebramos nuestro congreso fundacional. Y no somos pocos».
—¿Cómo llegar a ese por ciento y acompañar en lo que el Presidente ha denominado la fase de consolidación de la Revolución?
—Robert: Hace unos días le comentaba a alguien de la oposición que ellos perdieron una oportunidad histórica, cuando el pueblo, producto de la confusión, le dijo no al socialismo. Era el momento para que ellos generaran una alternativa, y le dijeran al país qué defienden, si es el capitalismo, el neoliberalismo, el liberalismo... y no lo hicieron. Pasó el tiempo y hoy el socialismo el pueblo lo asocia con el presidente Chávez. Por eso llegó el momento de asumir nosotros.
«Recuerdo la anécdota en que Fidel le dice a nuestro presidente: Chávez, yo no creo que 4,5 millones de venezolanos sean oligarcas. Y en efecto no lo son. Yo vengo de una universidad donde había compañeros que salían a marchar con el movimiento Manos Blancas, para faltar a clases, porque el profesor era muy fastidioso, estaba de moda, o para estar con el noviecito. Hay jóvenes que adversan el proceso, pero los hay también a los que la Revolución no les ha llegado, y reniegan de ella porque no la conocen, o están en una cúpula, en ese sistema educativo que los aleja de la realidad. Nosotros debemos salir decididos a convencer, con debate, con argumentos y con ideas. A sumar».
—María Rosa: Creo que hay una juventud que ha estado enajenada, que tenemos que concientizar y comprometer. No son mayoría, pero son un reto para la Revolución, y seguimos teniendo responsabilidad con esa juventud.
—Robert: A partir del 16 quizá veremos una oposición más violenta, que apostará al golpe de Estado, que sabe que por las vías electorales nunca derrotará al presidente Chávez. Cambiará su agenda y, evidentemente, deberá cambiar la nuestra. Nosotros, como estamos en el Gobierno y somos estudiantes revolucionarios, y hoy el pueblo es Gobierno, debemos asumir un mayor protagonismo. Vamos a dar respuesta en las universidades, rescatando las luchas reivindicativas de la universidad para el pueblo.
—¿Por qué los jóvenes y estudiantes apoyarían la Enmienda Constitucional?
—Robert: Yo le pregunto a la oposición: ¿Qué van a hacer con la mayoría venezolana que quiere a Chávez en el poder, si acaso no podemos tenerlo como candidato en 2013? Me van a obligar a votar. ¿Por quién? Porque el principio fundamental de la democracia es el gobierno de las mayorías, y si las mayorías no deciden, no hay democracia. Por consiguiente, creo que el 15 de febrero es la oportunidad de garantizar la paz en mi país, porque Chávez es el único garante de la paz en Venezuela.
«Tengamos bien claro que no estamos defendiendo solo el derecho de Chávez a postularse, si no, y en primera instancia, nuestro derecho de postular a quien queramos en cada proceso electoral, para ocupar todos los cargos de elección popular. Ahora, mi candidato es Chávez, y yo defiendo mi derecho a que él pueda volver a postularse, participe, tenga la oportunidad de continuar. Sueño con un país que va a amanecer el 16 de febrero en condición de que nosotros podamos expulsar a quien ejerce mal el poder y premiar a quien lo hace bien, y que sea el pueblo quien decida quién se queda y quién se va.
«En Venezuela, como en Cuba, nos gusta el béisbol, y entendemos que quien está ganando el juego no cambia el pitcher, y creemos que el Presidente lo ha hecho muy bien; no hay persona en Venezuela, ni en la oposición ni en el chavismo, que cuente con el carisma, el apoyo y el sentimiento popular de que goza Chávez».
—María Rosa: Hay otro elemento que ha trabajado mucho la oposición, y es el que tiene que ver con manipular la esencia del porqué de la Enmienda Constitucional, centralizándola en la figura de nuestro Presidente, en una supuesta perpetuidad en el poder. La Enmienda Constitucional es la posibilidad de decidir si el Comandante sigue liderando el proyecto nacional, y desde el punto de vista político, como mecanismo, es la apertura de poder para el pueblo. La oposición no habla de eso. Y nos están dando oportunidad de decidir si un alcalde, un gobernador y un presidente, que haya cumplido bien su gestión, y reúne las cualidades éticas, morales, sociales y políticas, puede seguir ejerciendo sus funciones.
—¿Cómo se organiza la juventud bolivariana para convertir toda esa pasión en voto?
—María Rosa: Hemos priorizado la movilización de los jóvenes en función de garantizar el voto de nuestros compañeros, y del pueblo; de manera que ese entusiasmo en torno a la Enmienda y las casi siete millones de firmas recogidas en respaldo a la iniciativa se concreten en voto. Estaremos desde bien temprano en las calles, preparados además para enfrentar la agenda de violencia que ahorita el sector de la oposición, a través de los medios de comunicación, intentará desatar.
—Robert: Venimos de una batalla electoral en la cual perdimos sitios clave como Caracas y el estado de Miranda, producto de la movilización de la oligarquía, que no crece, pero se mueve contra Chávez. También nos afectó la desinformación, la manipulación y la mentira. De modo que en esta ocasión nos reagrupamos en torno a nuestra mejor llave electoral, a nuestro mejor logro en estos diez años de Revolución, que es el liderazgo de Chávez. Y ahora, en el remate final, nos hemos ido a las distintas comunidades del país, academias, institutos, universidades, centros de salud... para explicarles no solo a los jóvenes, sino a todos, las razones del porqué de la Enmienda. Contacto directo con la gente, construyendo la mayoría. Le hemos dicho a ese pueblo que ha llegado el momento de demostrarle al presidente Chávez, lo que decía José Martí, de amor con amor se paga, y de recordarle que su permanencia en el ejercicio del poder que le dio por mandato está en juego el próximo 15 de febrero.