Aunque algunos creían que se retiraría a descansar a un austero monasterio, el mandatario electo de Francia, Nicolás Sarkozy (captado en la foto junto con su hijo Louis), ha aceptado la invitación de un amigo multimillonario para pasar unos días en un lujosísimo yate frente a las costas de Malta. Como desde el Partido Socialista y los sindicatos le llueven las críticas, «Sarko» se ha apresurado a aclarar que la francachela «no ha costado un centavo a los contribuyentes». Y es de creer. Solo que, si el presidente es deudor de un empresario, podrían ser los de abajo quienes paguen la deuda... Foto: AP