BUENOS AIRES, marzo 9.— Decenas de miles de personas vitorearon y un mar de banderas se agitó en el colmado estadio Ferro, cuando el presidente venezolano Hugo Chávez recordó que «solo unidos seremos libres».
La concentración, convocada por Madres de Plaza de Mayo y otras organizaciones argentinas a propósito de la presencia de Chávez aquí, tuvo lugar luego de la firma de nuevos acuerdos de cooperación entre el líder bolivariano y el presidente anfitrión, Néstor Kirchner, y justo cuando, del otro lado del río de La Plata, el mandatario norteamericano era objeto de fuertes manifestaciones de repudio a su llegada a Montevideo, la capital de Uruguay.
La rechifla al mandatario estadounidense lo persigue a lo largo de su viaje y también se sintió aquí, al tiempo que Chávez clamaba: Gringo, ¡go home!
Luego de negar que su visita a Argentina, en coincidencia con la gira del mandatario estadounidense, fuera preparada para dañar ese periplo, Chávez calificó a Bush como un cadáver político que muy pronto se convertirá en polvo cósmico y desaparecerá del escenario; «así que no hace falta que hagamos ningún esfuerzo para sabotear», aseveró.
Su discurso también exaltó la necesidad de unión latinoamericana. «La unión es imprescindible para la liberación, la liberación plena de nuestro pueblo, de la gran nación sudamericana; la liberación económica, cultural, política e integral», dijo durante la intervención central del acto antiimperialista, al que se estima acudieron unas 40 000 personas, que es la capacidad del estadio, que estaba completamente abarrotado.
Más que integración, Latinoamérica define hoy un proceso de unión, agregó el líder venezolano, quien afirmó que la llegada de Kirchner al poder se dio por la rebelión de su pueblo en el año 2001, como resultado de la misma crisis histórica constatada en Venezuela con el llamado Caracazo —el levantamiento popular provocado por las políticas neoliberales de Carlos Andrés Pérez, en 1989—, reportó PL.
Ambos procesos «son hijos de la misma crisis histórica, somos hermanos de alma, de cuerpo, de sangre, de gestación, del mismo parto de la historia», sentenció.
Antes del acto de masas, Chávez y su colega argentino habían suscrito nuevos convenios de colaboración en el área energética que el Presidente venezolano encomió, al defender la alianza estratégica con Argentina. Entre ellos, la agencia ABN destacó el tratado para la creación de la Organización de Países Productores-Exportadores de Gas del Sur (OpegaSur).
«Estamos siendo consecuentes con la palabra, con la idea de acelerar nuestro intercambio. Lo que estamos haciendo es vital», puntualizó.
Kirchner, en tanto, respaldó la idea de que Argentina y América Latina no pueden volver a seguir el camino de sumisión que recorrieron durante la década pasada, reportó PL.
Una vez más reconoció el apoyo de Venezuela en los primeros años de su mandato y las insolvencias de la infraestructura de la economía nacional, pese al fuerte incremento de los fondos destinados a la obra pública.
«El crecimiento choca con una infraestructura que está para otra potencialidad, de ahí la importancia de la inversión pública», aclaró Kirchner, quien se mostró esperanzado con la creación del Banco del Sur.
Las expectativas están puestas en que este funcione como ente financiero de última instancia ante las posibles crisis y proporcione proyectos de infraestructura.