Esta capital amaneció hoy sitiada entre el temor a levantamientos populares y la incertidumbre de qué pasará luego de la sentencia a muerte este domingo del ex presidente iraquí Sadam Hussein y de dos seguidores, indica Prensa Latina.
Sometida a un toque de queda por tiempo indefinido, Bagdad parecía más bien una ciudad fantasmagórica, por donde se paseaban sólo soldados y policías y vehículos militares.
Establecimientos de venta cerrados y calles y avenidas desiertas sin el característico bullicio de la mañana caracterizaban la zona céntrica capitalina.
La víspera el gobierno del primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, decretó el toque de queda aquí y en las provincias de Diyala, Nínive y Salaheddin, medida destinada a evitar una reacción en cadena de los seguidores sunitas del ex mandatario.
Hussein y siete de sus principales colaboradores fueron enjuiciados por la presunta matanza de 148 musulmanes chiítas en la localidad de Dujail, en 1982, después de fracasar un intento de asesinato contra el entonces presidente y su comitiva.
El juicio estuvo lleno de irregularidades durante el período de más de un año que duró el proceso, que fue calificado de ilegal por los acusados al considerar que se llevaba a cabo en un país ocupado bajo el mando de una potencia extranjera.
En ese tiempo varios testigos y abogados de la defensa fueron asesinados en circunstancias extrañas, mientras otros se vieron forzados a salir del país por amenazas de muerte.
Las primeras reacciones de protestas ocurrieron en la provincia de Baquba, pese al estado de sitio en Diyala, su capital.
Por lo menos allí dos personas murieron y siete resultaron heridas cuando la policía arremetió con armas de fuego contra los manifestantes, informaron fuentes médicas.
Decenas iraquíes marcharon también por las calles de Mosul, norte, donde la policía rodeó a las personas, que portaban carteles en reclamo a la libertad de Hussein y a una revisión de la condena, comentaron testigos.
Diversas reacciones originó en el mundo el anuncio del veredicto de morir en la horca de Hussein y de dos de sus colaboradores.
En Europa los principales periódicos hablaron del hecho, y aunque la mayoría de las opiniones fueron encontradas, hubo coincidencias en que el acontecimiento agravará aún más la ya difícil situación de los iraquíes.
El diario francés L´Humanité calificó la decisión de lamentable porque no "arreglará nada", mientras El país, de España, apuntó que es muy probable que una vez muerto "los partidarios de la comunidad sunita lo erigirán como mártir".
Por su parte, el periódico británico The Independent alertó que "ni el proceso ni su desenlace tendrán el menor efecto sobre la insurrección" en el país del golfo Pérsico.
A otros llamó la atención que la sentencia se anunciara 48 horas antes de que tuvieran lugar las elecciones legislativas en Estados Unidos, donde el tema de Iraq se convirtió en asunto de confrontación entre republicanos y demócratas.
En tres años y siete meses de invasión y ocupación han muerto en la nación árabe dos mil 836 soldados y más de 20 mil resultaron heridos.
Dos de las últimas víctimas murieron hoy cuando en circunstancias extrañas se estrelló el helicóptero en que viajaban, indicó un parte del mando de ocupación.
La nave, según el parte, cayó en la provincia de Salahaddin, una de las sitiadas.