«Morir por nada», dicen en sus pulovers. Foto: AP
PARÍS, octubre 27.— Cerca de un millar de personas se manifestaron este viernes en el suburbio parisino de Clichy-sous-Bois para conmemorar el primer aniversario de la muerte de dos adolescentes, hecho que derivó en los disturbios que se extendieron por zonas marginales de las ciudades francesas y que mantuvieron en vilo al país durante tres semanas.Según narra el diario español El País, la marcha silenciosa y pacífica, a la que asistió cerca de un millar de personas, recorrió las calles de Clichy-sous-Bois antes de parar ante el transformador donde se produjo la tragedia, para depositar una corona de flores y descubrir una pequeña estatua en el colegio en el que estaban matriculadas las víctimas.
Durante la jornada, varios enmascarados incendiaron dos autobuses en el suburbio de Blanc-Mesnil, en el noreste de París, sin que se registraran heridos.
Según la policía, unas 15 personas rompieron los vidrios y lanzaron bombas incendiarias al interior de un autobús de línea. Los pasajeros y el conductor pudieron ser evacuados. Una hora antes fue incendiado un primer vehículo de este tipo en la misma localidad.
Hace un año, Zyed Benna, de 17 años, y Bouna Traore, de 15, perseguidos por la policía, murieron electrocutados tras esconderse en un transformador. El incidente provocó que miles de jóvenes —muchos de ellos descendientes de inmigrantes africanos— salieran a protestar, y que se produjeran en ocasiones actos graves de vandalismo.
En ese momento, más de 5 000 vehículos fueron quemados, hubo miles de detenidos y cientos de policías y bomberos resultaron heridos, mientras que el gobierno francés declaró el estado de emergencia en todo el país.
«Para nosotros no fue una sorpresa», dijo a BBC Mundo una representante de la ONG SOS Racismo, Merie Nunes. «La gente ahora sabe que los inmigrantes que vinieron a Francia fueron puestos en guetos, sin que nos preocupáramos de sus problemas y de sus condiciones de vida».
Recientemente, la policía francesa emitió un documento en el que alertaba que la mayoría de las condiciones que llevaron al estallido de violencia hace un año seguían vigentes.
Este viernes, el gobierno galo desplegó un dispositivo de seguridad «discreto, pero reactivo y eficaz». La dirección general de la policía nacional francesa anunció a la AFP que 4 000 policías estarían movilizados por la noche para garantizar la seguridad en los barrios marginales.