Cuando algunos indicios ponían en dudas la permanencia del monarca en los duelos de postemporada, volvió a prevalecer la estirpe de uno de los equipos de mejores resultados en los últimos años en la pelota cubana.
Porque el triunfo de 8x2 de Las Tunas ante Ciego de Ávila en el último partido de la mini serie, confirmó el por qué Los Leñadores salieron como favoritos, aunque a decir verdad tuvieron que sobreponerse al ímpetu de un rival que dejó la imagen de un equipo que demostró una vez que es un error hacer vaticinios solo por historia o resultados individuales.
Porque los Tigres no tenían estrellas ni números para impresionar, pero sí una vergüenza deportiva y unos deseos de ganar que de nuevo nos hizo quedar mal a los que nos atrevemos a los vaticinios antes de la primera voz de a jugar.
Cuando los Leñadores vencieron en los dos primeros partidos, no pocos pensaron o dijeron: esto no llega al quinto juego. Y no solo fue necesario el quinto, sino el sexto y el séptimo. Los de Dany Miranda, a no dudarlo, casi que al final pusieron contra las cuerdas a los vigentes titulares, pero les faltó el golpe decisivo y no esperaban, tal vez, que sus oponentes supieran salir del mal momento que significó un super KO y otro fuera de combate en ocho innings y hasta un revés en el importante sexto compromiso. Por eso, y más, los tuneros merecen felicitaciones. ¿O alguien duda que, al final, ganó el mejor?
Y todo se vio claro cuando los avileños, en el primer episodio marcaron una con dobles de Ronaldo Castillo y Osvaldo Vásquez, pero la respuesta de los ganadores en el final de ese propio inning, no se hizo esperar, marcaron seis ante el jovencito Ediel Ponce con cuatro imparables, aunque un error del camarero Castillo, que pudo ser el tercer out de la entrada, convirtió todas las carreras en sucias.
Lo demás fue fácil para los anfitriones, pues su abridor Rubén Rodríguez solo toleró dos limpias en cinco entradas, mientras Keniel Ferraz y Alberto Civil hicieron sus faenas después.
Esta vez los hermanos Yosvani y Yordanys Alarcón conectaron un jonrón per cápita, en el caso del último su batacazo cien en series nacionales, mientras a la defensa el equipo jugó sin errores. A no dudarlo, merecida victoria de un campeón que quiere seguir siéndolo.