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Historia de los Juegos Olímpicos Modernos (VII)

A los juegos estivales de la llamada Ciudad Luz asistieron más de 3000 atletas en representación de 44 países

Autor:

Juan Morales Agüero

PARÍS, Francia, 1924.

A los juegos estivales de la llamada Ciudad Luz asistieron más de 3000 atletas en representación de 44 países. Los hombres estrenaron la primera villa olímpica, mientras las mujeres se alojaron en hoteles. Se implementó el eslogan del Comité Olímpico Internacional sitius, altius, fortius (más rápido, más alto, más fuerte). También, por primera vez, se utilizó un logo para los Juegos.

Entre los nombres relevantes figura el del tritón norteamericano Johnny Weissmuller, quien, superada su poliomielitis nadando en el lago Michigan, bajó del minuto en los 100 metros estilo libre y años después se convirtió en el Tarzán de las películas de Hollywood. Su compatriota  Gertrude Ederle venció en los 100 metros libres, y dos años después devino la primera mujer en cruzar a nado el Canal de la Mancha.

Por cierto, los Juegos introdujeron la novedad de una piscina con carriles individuales. El tamaño de alberca se adaptó por primera vez a una medida estándar de 50 metros de largo.

El fondista finés Paavo Nurmi consumó la hazaña de competir en siete pruebas en seis días consecutivos, de las que se impuso en cinco.
Nuestro Ramón Fonst participó en su tercera cita olímpica, ya con 41 años de edad, pero ahora no ocupó podio.

Por Latinoamérica descollaron los títulos de Uruguay y Argentina en fútbol y polo ecuestre, respectivamente. Y a propósito del fútbol uruguayo, uno de sus jugadores marcó un gol directo desde un saque de esquina, hecho que fue llamado, en lo sucesivo, gol olímpico.

Entre las curiosidades generadas por la cita parisina cito la del norteamericano Robert Le Gendre, quien rompió el récord mundial en salto de longitud, pero no le fue reconocido porque el evento formaba parte del pentatlón.

La prueba de halterofilia incluyó entre sus modalidades el levantamiento de pesos con una sola mano. Otra primicia fue el debut de la telegrafía y los altavoces, gracias a cuyas bondades los presentes en el Estadio Olímpico de París pudieron conocer lo sucedido en otras instalaciones. Más de mil periodistas acudieron para informar al mundo.

El atletismo olímpico se llevó al séptimo arte en una película llamada Carrozas de fuego, merecedora de un premio oscar.

Fueron los de París 1924 los últimos Juegos Olímpicos liderados por Pierre de Coubertin, quien fue remplazado por el conde belga Henri de Baillet Latour. Estados Unidos encabezó el medallero, seguido de Finlandia y Francia.

 

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