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La gran deuda de Iván Silva

«Ya es hora de colgarme una presea en los Juegos Olímpicos. Es una deuda que tengo con mi familia y, sobre todo, conmigo, ya que no pude en mis dos anteriores participaciones —Río de Janeiro 2016 y Tokio 2020. Llegaré en muy buena forma deportiva y ojalá me mantenga libre de lesiones, declaró a JR

Autor:

Javier Rodríguez Perera

Sin ser creyente, antes de cada combate el cubano Iván Felipe Silva tiene un ritual, pedirle mucho a Dios. Le gusta entrar al tatami acompañado, sentir buenas vibras, y Dios le da confianza. Su madre, por otra parte, igualmente es un sostén. Nunca le ha soltado la mano, y por ello Iván, como buen hijo, piensa en su progenitora cada vez que gana una medalla fuera de Cuba. De hecho, la presea que tanto añora conseguir en los próximos Juegos Olímpicos de París le encantaría dedicársela a ella.

Con su madre suele ver películas en inglés y escuchar música en ese idioma, pasatiempos que han motivado al matancero a continuar superándose en el estudio del inglés. En las competencias en el extranjero le ha sido bastante útil y su osadía ha ido lejos, cuando le ha concedido entrevistas al medio Golden Score, de la Federación Internacional de su deporte.

Su difunto padre y varios de sus tíos fueron boxeadores, pero él nunca lo practicó y por su primo Yordanis Fernández, bronce en los Juegos Paralímpicos de Río de Janeiro 2016, comenzó desde pequeño en el judo, le cuenta a Juventud Rebelde. Hoy está en la élite mundial de su división, los 90 kilogramos, algo que ha sido posible por la disciplina en los entrenamientos, la confianza en sus preparadores, el apoyo de su familia y compañeros y por nunca perder el sueño de conseguir grandes resultados, siempre aliado a la motivación.

Silva, que no participó en el Open Panamericano de Varadero por decisión estratégica, aprovechó una base de entrenamiento en Hungría recientemente y concursó entre febrero y marzo en varios certámenes de primer nivel en Europa y Asia, destacando su cetro en el Grand Prix Upper Austria, el bronce en el Grand Slam de Antalya y el quinto escaño en los Grand Slam de Bakú y Taskent.

Previo a la magna cita multideportiva francesa, el subcampeón universal de Bakú 2018 competirá en el Campeonato Panamericano en Río de Janeiro y después en el Mundial en Abu Dhabi. «Si logro una medalla en el torneo del orbe, ayudaría a llegar con mucha más confianza a París 2024, y si eso no ocurre, pues nada, a continuar trabajando con fuerzas en la preparación y en los errores que cometí.

«Ya es hora de colgarme una presea en los Juegos Olímpicos. Es una deuda que tengo con mi familia y, sobre todo, conmigo, ya que no pude en mis dos anteriores participaciones —Río de Janeiro 2016 y Tokio 2020. Llegaré en muy buena forma deportiva y ojalá me mantenga libre de lesiones.

«La gira competitiva que tuve a principios de año por Europa y Asia fue muy provechosa de cara a París 2024, fundamentalmente porque me permitió sumar puntos para el ranking olímpico y así tener una mejor ubicación. Ese siempre fue el propósito número uno para esta etapa. Es cierto que en el Grand Slam de París perdí mi primer combate, pero luego me recuperé y conseguí algunos resultados importantes, en gran medida gracias a la excelente preparación realizada en Hungría», declaró el atleta de 28 años.

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