La final confirmó que el béisbol vive en Cuba. Autor: Abel Rojas Barallobre Publicado: 24/01/2024 | 11:04 pm
Cayó el último out de la liga invernal, pero no se cuelgan los bates. En Cuba, por fortuna, no se cuelgan nunca. Festeja Matanzas su corona y Artemisa una plata que vale un Potosí, para ahorrarme la frase manida.
Y por encima de todo, incluso de los desaguisados del torneo, rueda la pelota de un extremo al otro en el imaginario popular, soñándose cada vez mejor en el año del aniversario 160 de su llegada a esta Isla, de donde no se ha ido jamás.
Viene ahora la Serie de Estrellas, una excelente oportunidad para comenzar los festejos de conmemoración por aquel hecho que con los años nos dotó de identidad deportiva.
El certamen, con dos equipos nacionales e igual cantidad de extranjeros, extenderá por una semana los festejos en la provincia que hoy es nuestro ombligo beisbolero: la Matanzas adelantada, la que primero que ningún otro entendió que una justa élite no es para desarrollar jugadores, sino para ganarla con los mejores atletas posibles y con sentido del espectáculo.
Estas jornadas de postemporada confirmaron que en esa tierra el béisbol no cabe en las dos rayas de cal.
Una liga, para que sea élite en la verdadera dimensión del término, ha de ir, como Matanzas, juntando y creciendo, sin regionalismos. Adelantándose a lo que debe ser y todavía no es.
Lo que es al bateador la escalera (jit, doble, triple y jonrón), resulta la secuencia de éxitos de Ferrer en el béisbol cubano: ganó en 1997 el torneo de clubes campeones con el municipio de Matanzas; 23 años después alzó un centro en series nacionales y ahora completa la tríada.
Fueron los Cocodrilos el mejor elenco de principio a fin. Armaron nómina para ganar, y ganaron. Tuvieron respaldo de su afición en predios propios y ajenos. Dieron jonrones, igualmente, en su parque y en el de los demás.
Su oponente en la final demostró que los pronósticos también se hacen para romperlos. Artemisa fue Quijote y David a la vez. Bajo el liderazgo de Yulieski González se empinó sobre sí mismo y saltó por encima de los vaticinios con más limpieza que Sotomayor sobre los 2,45 metros.
Armó un equipo-familia o una familia-equipo, escoja usted el orden. Frederich Cepeda jugó con esguince y solo cuando el tobillo amenazó con ponerse peor, se quitó, a regañadientes, el uniforme.
Aún muchos Cazadores no son conscientes de su hombrada, y pasarán los días antes de que asimilen el tamaño de su proeza. Fueron tan grandes como sus rivales. Y la plata, en su primera final, abre un camino que apunta a cumbres más altas aún.
En Matanzas bajo estrellas
Además del campeón Matanzas y una selección con el resto de las estrellas de la liga, participará en la Serie de Estrellas un elenco de México y otro de Venezuela.
Los organizadores anunciaron que el programa incluye un partido de las Pequeñas Ligas entre Matanzas y Artemisa, derby de jonrones y premiación de los líderes del campeonato recién concluido.
Sobre el certamen, será un todos contra todos a una vuelta a partir del 28 de enero, con semifinal cruzada el miércoles (1-4, 2-3) y juegos por las medallas el jueves.
Bendita aquella pelota que comenzó a rodar aquí desde 1864.