Alfredo Despaigne Rodríguez. Autor: Rafael Martínez Arias Publicado: 06/05/2023 | 09:43 pm
BAYAMO, Granma. — Uno de estos días asfixiantes, después de un partido de béisbol en Bayamo y antes de que él partiera hacia el estadio Latinoamericano, fuimos al encuentro de Alfredo Despaigne Rodríguez, el hombre que ha sido tantas veces mencionado en esta 62 Serie Nacional.
Es lógico que haya sido repetidamente citado: el capitán del equipo Cuba, participante en cuatro clásicos mundiales, pasó nueve campañas en la Liga Profesional de Japón; de modo que esta incursión con los Alazanes desde el principio generó expectación y hasta preguntas. Una expectación que creció cuando ADR 54 se lesionó, en el onceno partido de su selección, el 9 de abril, y muchos comenzaron a temer por la salud del atleta.
Mientras esperaba por la entrevista, sabiendo que había sufrido una distensión ligera del gemelo medial de la pierna derecha (lesión que lo llevó a perderse 20 juegos de los Alazanes), me preguntaba, al igual que otros, de dónde le nacerá a este hombre ese extraordinario deseo de jugar, por encima del sol quemante de las críticas del «no te hace falta».
Me lo respondería posteriormente. «Jugar con Granma es mi trabajo, es el equipo en el que empecé jugando, yo siempre me dediqué a este equipo. Ahora mismo tengo ofertas de trabajo afuera, pero no quiero ir a ningún otro lugar. Estoy concentrado ¿sabes? en
estar aquí, quiero cumplir algunas metas que me faltan en la serie nacional y... nada, si después, cuando descanse un tiempo, decido ir fuera del país a cumplir un contrato, iré», diría el pelotero que en la campaña 2011-2012 pegó 36 jonrones (vigente récord) y otros cinco en los playoffs, para un total asombroso de 41.
Pero quizá lo más estremecedor fue lo que me dijo después este Hijo Adoptivo de Bayamo, nacido el 17 de junio de 1986: «Fueron nueve años consecutivos en Japón. Cuando me fui el niño tenía un año y la niña cinco. Ahora ellos saben más, pueden ver más, quería estar más tiempo con ellos, compartir con la familia. Solo venía a Cuba dos meses prácticamente, era complicado no ver a los niños crecer. Ahora estoy aquí, contento con ellos y quiero que disfruten cada partido mío».
Cuando le pregunté sobre su arrancada en la actual serie nacional, que algunos pedían que fuera mejor, respondió con sinceridad: «Es complicado, los que jugamos béisbol sabemos que hay una diferencia de picheo (en comparación con la liga profesional japonesa), de velocidad, los lanzamientos de rompimiento no son iguales; uno tiene que ajustarse, cogerle la vuelta a pararse en el home play según el pícher, si es más atrás o más adelante... son muchos factores que influyen. Debo ir mejorando, jugando la mayor cantidad de partidos, tengo que enfrentarme a los pícheres e ir agarrando poco a poco el ritmo».
Algunos, por cierto, han criticado sin mirar los números. Hasta el juego de ayer Despaigne promediaba 375 al bate (18 H en 48 VB), con un OBP de 551, 11 impulsadas, 11 anotadas, tres jonrones y 18 bases por bolas.
ADR 54, quien en 14 series nacionales promedia 345 (cuarto histórico), expresó que, aunque ahora tratará de cuidarse más por la mencionada lesión, seguirá participando en las giras de su selección, algo que habían negado los «adivinos». «Tengo pensado estar en todo lo que pueda, quiero jugar la mayor cantidad de partidos; esto también me sirve de preparación para no perder la forma deportiva».
Sobre los Alazanes refirió que los lanzadores no están en su mejor momento, pero cree que se pueden recuperar. «Todo el mundo ha visto que tenemos que hacer muchísimas carreras para ganar. Esperemos que ellos mejoren y la ofensiva también lo haga, porque todavía dejamos muchos corredores en circulación».
También habló sobre su forma física. «Estoy haciendo un esfuerzo, amarrándome cosas en el pie y espero no me vuelva a romper», soltó en tono de broma.
El Inmenso, como también se le conoce, subrayó que todavía cree que los Caballos, hasta ayer últimos en la tabla de posiciones, puedan recuperarse, aunque no es fácil; y acotó que no existen problemas con la nueva dirección del conjunto porque «la única ausencia es la de Carlos Martí, que se siente mucho, pero los otros son los mismos que estaban. Se incorporó el coach de banca nuevo, pero ya lo conocíamos del béisbol. Creo que las relaciones son excelentes, hay muchas cosas que se hacen colegiadamente como antes, cuando estaba Carlos y eso es muy bueno».
Al cierre Despaigne fue muy optimista: «El estado de ánimo de Granma es excelente, hay que ponerse las pilas a partir de ahora. El objetivo es ganar y ganar, porque ya no hay vuelta atrás. Somos los campeones nacionales y eso no se nos puede olvidar».