El trabajo de Anaisa Hernández, al frente de los taekwondistas de la Mártires de Barbados les ha dejado a los jóvenes no solo triunfos deportivos, sino muchas lecciones para la vida. Autor: Abel Rojas Barallobre Publicado: 22/10/2022 | 07:53 pm
Uno de los deportes más sólidos que tiene a día de hoy la Escuela de Iniciación Deportiva (EIDE) Mártires de Barbados de La Habana, es el taekwondo. Aunque llegar a convertirse en los dominadores de las modalidades de pumsae y kyorigu a nivel nacional no ha sido cosa de dos días, cuando uno conversa con sus atletas-estudiantes entiende el porqué de tantos éxitos.
Hernán Enríquez es de Marianao y lleva 12 años en la práctica del taekwondo. A estas alturas, ha sido campeón a nivel foráneo, nacional y provincial en las modalidades de pumsae y su aplicación práctica, el kyorugi (combate).
«Ahora acaba de empezar el curso y estamos comenzando de nuevo la preparación para obtener la forma deportiva. Siento que tengo bien la parte técnica, pero debo mejorar aún la resistencia y rapidez. También debo aprender a combinar los elementos del combate tradicional con los del sistema electrónico para volverme más competitivo».
Hernán, Eric, Kaena y Andrea pudieran ser los próximos campeones cubanos de este deporte. En todo caso, como mínimo serán personas útiles a la sociedad. Fotos:Abel Rojas Barallobre
El joven capitalino sigue mucho al surcoreano Dae-Hoon Lee, triple campeón mundial y doble medallista olímpico al que admira y ve como un modelo a seguir dentro de su deporte.
Por su parte, Eric Acevedo, Andrea Herrera y Kaena del Valle proviene del municipio de Boyeros. Aún en la categoría escolar, hoy los tres despuntan como el futuro de los juveniles.
Eric, quien es subcampeón nacional escolar, comenzó hace cuatro años y los últimos dos los ha pasado en la EIDE. Después de este tiempo, su mayor agradecimiento lo dedica a sus compañeros y profesores por haberle ayudado a crecer tanto en un lapso tan breve.
Sus compañeras, Kaena y Andrea, compiten fundamentalmente en pumsae, lo mismo en dúos que en equipos de mayor formato.
«A mí siempre me gustó la gimnasia y cuando descubrí que el pumsae tiene la modalidad llamada freestyle, en donde se mezclan ambas disciplinas, por ahí fue que me empecé a interesar en practicarla. Me gusta porque es un estilo femenino y a la vez fuerte. Cada día tenemos que superarnos para ser grandes campeones que representen a nuestro país», confesó Herrera.
«Antes siempre me la pasaba haciendo acrobacias y cuando vi que eso lo podía unir al taekwondo, me pasó lo mismo que a mi compañera. Desde entonces me dedico mayormente a entrenar esa parte del deporte», comentó Del Valle, quien además reconoció que la clave de todo está en entrenar muy duro y buscar la motivación para poder mantener los deseos de obtener resultados importantes.
A pesar del sacrificio que implica simultanear clases y prácticas o competencias, Andrea dice disfrutar mucho de los entrenamientos porque el equipo de compañeros que tiene allí, junto con su profe, le dan un apoyo fundamental para seguir adelante.
«Es un sentimiento increíble. Ejecutar las técnicas que sabemos, pero a la vez hacerlo en un enfrentamiento contra colegas, patear y marcar puntos, es algo que me encanta», apuntó al referirse al kyorugi.
Mientras, Kaena agradece muchísimo que sus amigos siempre estén ahí en todo momento con la intención de ayudarla a ser mejor atleta. Además, sobre el combate contó que lo que más le gusta es la adrenalina que se siente al competir contra otra persona y delante de mucha gente».
Del Valle, por su parte, elegiría la pintura o la música en caso de no poder dedicarse al taekwondo por alguna razón, Herrera sería feliz convirtiéndose en médico cirujana, que es otra profesión que desde pequeña le llama la atención.
Luego de intercambiar con los muchachos que practican diariamente en los gimnasios de la academia habanera, quedan claras varias cosas de este grupo. Su seriedad, disciplina, respeto, buen trato, alegría e intensidad en las sesiones de preparación, demuestran que las lecciones aprendidas de su profesora han sido posiblemente el triunfo más grande para ellos.
La principal responsable de que todo marche tan bien, con todo y los obstáculos que se conocen, es Anaisa Hernández, la actual jefa de cátedra de taekwondo de la Mártires de Barbados. Nacida en Camagüey, desde que esta exatleta y licenciada asumió tal responsabilidad, se dedicó junto a su colectivo a darles el empujón necesario a los jóvenes para que dieran el salto de calidad.
Desde entonces, Hernández ha conseguido que el equipo juvenil pase de tercero del país a ser campeón. Algo similar logró con el escolar, que llegó a estar en el quinto puesto de Cuba y hoy también ocupa la cima del taekwondo en la Mayor de las Antillas.
En el caso de los juveniles, Anaisa ha conseguido consolidar el plantel y obtener éxitos a nivel doméstico, entre los que se incluyen no solo los campeonatos nacionales, sino algunas experiencias internacionales de peso para sus pupilos, además de la reciente promoción de dos de ellos al conjunto de mayores.
«Soy muy exigente y estricta, gracias a lo cual he conseguido armar un conjunto disciplinado y darles una gran concentración a los muchachos, enfocados siempre en sus objetivos», comenta Hernández, quien fue atleta miembro de la selección absoluta en la división de 55 kilogramos.
«Ahora mismo tenemos tres participantes de 12mo. grado que a pesar de estar casi culminando su escuela, siguen aquí entrenando y preparándose para la primera categoría, lo cual demuestra el nivel de compromiso tan grande que tienen», explicó esta mujer que lleva más de 15 años como profesora y cerca de ocho en la escuela habanera.
«Me gusta inculcarles que en la vida se está por lograr algo, así que nunca debemos perder el tiempo ni dejar de intentar el máximo para obtener un objetivo. Además, les recalco que la disciplina es la base de cualquier éxito y por ahí les he ido enseñando a no rendirse nunca y buscar el mejor resultado posible».