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Arco compuesto, una novedad de élite

Con la inserción de atletas en el arco compuesto y renovación en el recurvo, transcurre por estos días el Torneo Elite de tiro con arco

Autor:

Eduardo Grenier Rodríguez

Casi de puntillas, sin parafernalias triunfales ni alharacas, atletas y entrenadores del tiro con arco cubano encaran el nuevo ciclo olímpico con la encomienda de volver a incluir un participante en citas bajos los cinco aros. La oportunidad más inmediata la ofrece la edición de París 2024, donde solo un regreso evitaría la decepción tras la ausencia de la pasada edición de Tokio.

Es cierto, no hablamos ahora mismo de un deporte con protagonismo por sus buenos resultados para el país. Sin embargo, una estela importante de tradición y esfuerzo respalda sus intenciones. Y en cuanto a trabajo y voluntad, pocos pueden emularlos. Tal conjetura la demuestran por estos días durante su torneo élite, mientras agujerean a flechazos los parapetos de Sancti Spíritus, sede de la justa.

El certamen, que se efectúa desde el pasado día 6 y concluirá el próximo jueves 12, representa el retorno de la selección nacional de tiro con arco a escenarios competitivos, aun cuando sea de manera interna. Así lo confirmó a JR el jefe del colectivo técnico de la escuadra, Vladimir Quintas.

«Este torneo élite nos ofrece las condiciones idóneas para recomenzar a organizarnos. Venimos de un período difícil marcado por la pandemia, cuando a no ser algunas figuras que estuvieron activas antes del clasificatorio olímpico, el resto estuvo completamente apagado», asevera el curtido entrenador.

Quintas añade que «esta es una de las cuestiones más importantes: recuperar el camino, pues una cosa es el entrenamiento y otra la forma competitiva, algo fundamental para un atleta de alto rendimiento».

— ¿Cuál es la ruta de trabajo del tiro con arco cubano durante este certamen élite nacional y después?

—Lo que queremos es hacer un primer acercamiento a lo que pudiera ser la preselección de cara a los objetivos más importantes del año, dígase los torneos clasificatorios para los Centroamericanos y los Panamericanos. Pensamos luego hacer un corte en la preparación, como es lógico, y concentrar más las cargas de trabajo de forma individual con los atletas que consideremos mejores.

—Todo esto, supongo, en aras de iniciar lo mejor posible la carrera hacia París 2024…

—Este ciclo olímpico tiene características muy especiales para nosotros. En primer lugar, ya estamos insertando la modalidad de arco compuesto en las estrategias de trabajo, aunque en un momento inicial lo haremos de manera limitada porque depende de como vayamos completando el tema de la implementación. Hoy por hoy tenemos dos atletas femeninas y uno masculino trabajando en función de esto. Es algo novedoso.

«Otra cuestión muy importante es el retiro de Juan Carlos Stevens, una figura clave de los últimos 30 años en Cuba que se nos va. Y se nos va todavía rindiendo, no es que termine acabado ni mucho menos. Con él se logró un rendimiento en los últimos años pese a la longevidad, bastante elogiable. Independientemente de que ya veníamos trabajando para cubrir el espacio que él pudiera dejar, nos quedamos con un vacío grande.

—¿Qué características reúne este torneo élite?

—Cuenta con la misma estructura desde hace un buen tiempo, pero no es precisamente un Campeonato Nacional. Tiene un formato de 20 atletas por cada sexo, donde participan por invitación. Nosotros lo que llevamos tradicionalmente es la matrícula integra de la preselección nacional, la matrícula de la base de desarrollo que tenemos en Sancti Spíritus y completamos con otros que le damos seguimiento desde las provincias.

«En este sentido, lo que orientamos a partir de que llevábamos dos años sin competir y para colmo no tuvimos certamen nacional juvenil, fue recibir y analizar todos los resultados de los provinciales juveniles y llevarlos a estudio para completar los participantes».

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