Desde el pasado viernes, oficialmente, los juegos regionales multideportivos más antiguos del mundo se quedaron sin sede para su edición de 2022. Ese día, un periódico panameño informó la decisión del Gobierno de ese país de no poder organizar la próxima cita de los Juegos Centroamericanos y del Caribe, alegando razones económicas.
La noticia sorprendió a las autoridades de la Organización Deportiva Centroamericana y del Caribe (Odecabe), quienes se reunieron el sábado de urgencia para valorar la situación y buscar posibles alternativas cuando, además de la pandemia, impacta el poco tiempo disponible.
Sin embargo, Luis Mejía, presidente de Odecabe, mantiene su optimismo y en ninguna de las declaraciones ofrecidas habla de cancelación, aseguró que todos los esfuerzos se encaminarán a celebrar los juegos del año 2022, «de forma tal que el arduo trabajo de nuestros atletas de la región no se vea perjudicado en ningún momento, ya que es ahora cuando necesitan más de nuestro apoyo. Los atletas están siempre al centro de nuestras decisiones», según el comunicado que circuló al término de la reunión emergente del fin de semana.
Desde ese momento, Odecabe busca posibles opciones para escoger una sede. No obstante, a juicio de este redactor, la complejidad del escenario podría servir para valorar una solución multilateral y en vez de uno, sean dos o más países los que asuman juntos la cita regional.
Desde sus orígenes en 1926, los Centroamericanos solo dejaron de efectuarse en 1942 debido a la Segunda Guerra Mundial. En las 23 ediciones hasta Barranquilla 2018, Cuba o México han encabezado siempre el medallero.
República Dominicana será anfitrión de los juegos del centenario, luego de que México declinara servir de huésped a una fiesta deportiva que nació en la propia nación azteca en 1926.