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La serie sub-23 está acercándose a la postemporada, después de una agónica —organizativamente hablando— ronda preliminar en la que ha sucedido mucho de lo que nadie desea ver en un campeonato serio. Lo último aconteció ayer en el Latino cuando el equipo Habana estuvo jugando con solo dos cascos hasta que más de un hombre en base descubrió el insólito hecho y un coach tuvo que ceder el suyo.
Pese a los desaguisados, los equipos están entregándose fuerte. En el orden competitivo, los grupos B y D están despejados, con Cienfuegos y Santiago de Cuba como líderes, y en los otros dos no hay nada decidido, pues La Isla le saca ligera ventaja a Pinar del Río, pero ambos tienen, además de los cuatro choques correspondientes al cierre del calendario regular, dos pendientes de la segunda vuelta.
Entre Sancti Spíritus y Ciego de Ávila hay otro dual meet. Por el boleto a la semifinal y por el Jugador Más Valioso de la temporada. Porque además de la pugna por el pasaje a los play off, está en la mira la actuación individual del lanzador espirituano Roberto Hernández, quien busca la triple corona en pitcheo (es líder en juegos ganados con siete y ponches con 77 y tercero en efectividad, 1.24) y del cátcher avileño Lázaro Martín, que, un poco más alejado, la acaricia entre los bateadores (encabeza a los jonroneros con ocho, es quinto en average con .400 y cuarto en empujadas con 31).
Y mientras se decide la suerte de una serie que podría ser la última con estas características, si en definitiva la Comisión Nacional de Béisbol aplica el formato que viene estudiando minuciosamente, parte de la preselección nacional partió este martes para San Luis Potosí, donde efectuarán varios partidos de preparación con equipos formados con jugadores de la liga mexicana. Ya fue anunciado el derecho Yariel Rodríguez para la primera apertura.
