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Roberto Skyers: «Lo único que pido es salud»

«Si alguien quiere ver su límite, debe intentarlo todo», comentó a Juventud Rebelde este corredor camagüeyano al referirse al crono de 9.98 segundos alcanzado hace pocos días, que igualó el récord nacional de 100 metros del cienfueguero Silvio Leonard

Autor:

Javier Rodríguez Perera

Más de una vez la desmotivación ha tocado su vida. Más de una vez ha sentido el deseo de dejar el atletismo. Incluso, el año pasado Roberto Skyers llegó a decirle a su madre que no seguía. Con esa idea estuvo hasta octubre o noviembre. En dos años le cambiaron tres veces su entrenador. Sentía que experimentaban con él, según dice. Podían pensar que lo mejor de él ya había pasado.

En Barranquilla 2018 no corrió ni en 100 ni en 200 metros. Eso significó una decepción muy grande, pues arrastraba una mala actuación de la cita olímpica de Río de Janeiro. Estaba agobiado y desorientado cuando Zenaida Pérez, su madre, le pidió que aguantara seis meses más.

Exactamente le dijo que entrenara con los ojos cerrados;  si sentía dolor, que siguiera; si escuchaba algo que no le gustaba, que lo ignorara; si se caía, que se levantara. Zenaida le dio un consejo de todo o nada. Si no conseguía el desempeño buscado, pues entonces podía olvidarse del atletismo.

En diciembre el camagüeyano comenzó a notar mejoras en los entrenamientos internos. Su entrenador José Alberto Sánchez le dijo que si había perdido su confianza, era mejor que creyera en él, que en seis meses, juntos, podían hacer historia. Hay personas a las que no les sucede, pero a Roberto Skyers la vida le ha dado una segunda oportunidad o como afirma él, mejor que nadie conocedor de su pasado, una quinta oportunidad.

Lo del chance lo expresó por lo ocurrido el pasado 22 de febrero en su provincia. Si alguien quiere ver su límite, debe intentarlo todo, es una frase que dispara el velocista para introducir la explicación del crono de 9.98 segundos alcanzado hace pocos días, que igualó el récord nacional de 100 metros del cienfueguero Silvio Leonard.

No cree que estos meses que le pidieron su preparador y su madre hayan sido los de trabajo más intenso, solo que cuando existe disciplina, compromiso y entrenamientos consecuentes sale una marca de ese calibre que admite no haber buscado. El día antes de conseguir la plusmarca soplaba mucho aire, pero al siguiente sintió que todo se confabulaba a su favor y con un viento favorable de 1.0 metros por segundo igualó un registro que va camino a cumplir 42 años.

Dicho tiempo lo estampó en su provincia, donde solo ha dejado de implantar uno de sus récords. Allí, en Camagüey, los ojos de Zenaida siempre han visto los límites de su hijo. «Cuando compito delante de ella, todos saben que daré el 150 por ciento de mí», asegura el oriundo del municipio de Minas. A sus 27 años cree que pueda rebajar la supremacía, fortaleciendo la arrancada, vital para un corredor del hectómetro, y contando con una salud ejemplar.

En un momento de la conversación, sin venir al tema, planteó que sigue teniendo como objetivo bajar de los 20 segundos en los 200 metros. Esa afirmación es una suerte de recordatorio de que, a quien entrevisto en un pasillo del Centro de Alto Rendimiento Giraldo Córdova Cardín, es un hombre de récords. Quiere descender de los 20 segundos, lo que es igual a superar el reinado cubano en los 200 metros, que en julio hará cuatro años que luce su nombre.

Contrario al récord en el hectómetro, el de 200 metros Skyers sí lo buscó, aunque sin proponérselo como algo inmediato, porque para alcanzar grandes marcas, como él bien dice, importa poco desearlo y sí tener una preparación milimétrica, una progresión evidente y pasarse, por lo menos, dos temporadas sin lesiones.

En los Juegos Panamericanos de Toronto 2015 estaba casi obligado a quebrar la plusmarca nacional para avanzar a la final. Una de las semifinales la dominó el jamaicano Rasheed Dwyer con 19.80 segundos y ese heat, en general, fue rápido, lo que puso en aprietos al agramontino. En su serie clasificaban de forma directa los dos primeros. No tenía más alternativa que vivir la carrera más veloz de su vida.

Salió con el pensamiento de que esa era la final y corrió 20.09 segundos, mejorando su marca personal y pensando que en la fase decisiva podría existir una mejoría.

Según su descripción de la carrera final, olvidó la técnica, se gastó mucho en la curva y en lo que restaba de recta,  y cuando faltaban  20 metros, tramo en el cual es más fuerte, no podía más, estaba casi sin fuerzas, pero logra un 20.02 segundos, nuevo récord nacional. Termina cuarto, superado por el canadiense Andre De Grasse, Dwyer y el panameño Alonso Edward, por ese orden, quienes bajaron de los 20 segundos. Roberto creyó que él pudo haber quedado en 20 segundos, de no haber sido por el desgaste en los metros conclusivos.

—Me decías que, al menos, pretendías quedar en bronce. Sin embargo, te fuiste con un buen cuarto puesto, acompañado de una nueva supremacía para Cuba  y con un triunfo en la semifinal sobre De Grasse, medallista mundial.

—Es muy doloroso terminar con un récord en la cuarta posición. A veces he deseado, créeme, no haber alcanzado ese récord y sí la medalla de bronce. Nada de lo conseguido en ese evento compensa haberme ido sin una presea. Cada vez que participo en una competencia pienso en una medalla, no en el tiempo. Mi madre y numerosas personas me hablaban de lo valioso que hice en Toronto, pero actualmente todavía mantengo la misma forma de pensar, porque ya yo sabía lo que era una medalla en Juegos Panamericanos.

—Hablas del título que obtuviste en 200 metros en la edición de Guadalajara 2011, tu primer gran resultado en el plano internacional.

—Ese año estuvo matizado porque dos meses antes de ese evento ocurrió el Campeonato Mundial de Daegu y yo estaba bien preparado para enfrentarlo, sin embargo no pude clasificar porque las marcas que hice fueron con aire a favor. Tremenda fatalidad. Es triste estar en forma y ver desde Cuba a tus compañeros competir mediante un televisor.

«La excelente forma deportiva que tenía la conservé para los Juegos Panamericanos. Recuerdo que los ojos estaban puestos en el brasileño Bruno de Barros, sexto lugar en Daegu. Él se llevaba las papeletas para ganar, pero en la final lo vencí con tiempo de 20.37 segundos y terminó tercero, superado también por un jamaicano prácticamente desconocido. Yo tenía buenas relaciones con él, pero luego de la carrera decidió no hablarme más.

«Estuvo así durante dos o tres años, hasta que un día se acercó y me dijo que asumió ese comportamiento porque la derrota lo bloqueó, ya que él aspiraba a ganar ese oro para su país. Eso es una demostración de cómo suelen ser en ocasiones las relaciones entre los atletas. Todos quieren ganar, pero solamente hay un título».

—Después de la Copa Cuba, queda la impresión de que se puede conformar una posta corta que resulte efectiva a nivel continental.

—Como diría mi abuela, una mesa está compuesta por cuatro patas y ahora somos tres, nos falta una. Una posta con tres integrantes bien y uno más o menos no tendría un buen resultado. Está Reinier Mena, un corredor muy trabajador y que me exige muchísimo; Harlyn Pérez, un joven muy talentoso y constante en sus marcas, y yo, pero el cuarto miembro que redondee el equipo con nivel no lo tenemos.

«Estamos apostando por la integración de un compañero nuestro que causó baja hace un tiempo y que en tres o cuatro meses puede ser fácilmente esa cuarta pata que necesitamos, porque es un velocista de talento innato. Con él de regreso podemos tener un relevo que haga soñar».

Roberto Skyers, en el tramo final de nuestra carrera, que supera los 35 minutos, nada que ver con los segundos a los que él está acostumbrado, cree que el buen momento en que está no es sinónimo de un despunte esperado, sino de marcas anheladas. Ya el despunte lo tuvo, pero decayó y luego vinieron esporádicos buenos momentos, según sus palabras.

«Lo único que pido es salud», asegura el camagüeyano, que es lo que le ha faltado en una carrera deportiva con méritos, récords y medallas, pero carente de una sucesión de resultados a causa de constantes lesiones.

Ocho años después de su primer gran rendimiento fuera de Cuba, el título en la cita continental de Guadalajara, Skyers estará en julio venidero en sus terceros juegos panamericanos. Cuando se le pregunta por una posible medalla, prefiere responder que todo depende de cuán saludable llegue a Lima, donde aspira a participar solamente en 200 metros, la prueba que mejor se le da, porque el hectómetro es muy intenso y para luchar por una presea, indica, hay que bajar de 9.98 segundos, porque será en una época en que todos los competidores estarán muy bien preparados.

 

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