El 2019 será un año de grandes retos para el triplista Jordan Díaz. Autor: Calixto N. Llanes Publicado: 24/11/2018 | 06:37 pm
Hace poco menos de un año, Jordan Díaz, el nuevo fenómeno del atletismo internacional, concedió su primera entrevista a JR. En ese entonces, el habanero era solo un muchacho de 16 años que logró ser titular y recordista en el Campeonato Mundial de cadetes en la capital keniana de Nairobi. En su casa en el Vedado capitalino, con los nervios a flor de piel, el triplista demostró que su seguridad en cada salto, no era la misma frente a una grabadora.
Once meses después de ese intercambio, Jordan ha probado con resultados extraordinarios que su actuación en la ciudad africana no fue obra de la casualidad y que carece de rivales entre sus coetáneos, sin miedo de ser absoluta. El capitalino se ha convertido en un ídolo para muchos jóvenes y esa realidad la ha comprobado en los países que ha visitado.
No obstante, es igual que otro muchacho cualquiera de su edad. Le gusta bailar, jugar en su Xbox, ver la NBA, seguir los partidos de fútbol del Real Madrid, su equipo favorito. También le agrada ir a fiestas con su novia, aunque no lo puede hacer tanto como quisiera, pues asegura que, para seguir triunfando, debe ser disciplinado y cuidar su cuerpo.
Para hablar de sus más recientes logros y dinastía en la categoría juvenil, nos regaló una segunda entrevista, en la cual sus manos ya no temblaban, sus palabras eran firmes y su mirada no vacilaba. Su experiencia ha aumentado y no solo en el foso de arena.
Saber que su nombre ha estado en el centro de la prensa y del movimiento deportivo internacional, declara, lo motiva a seguir mejorando, a esforzarse en cada oportunidad y a querer sacar la cara por el país en toda competición.
Un ejemplo de ello ocurrió el pasado mes de julio, cuando ganó la presea dorada en el Mundial sub-20 realizado en Finlandia. Sin embargo, no cumplió uno de sus objetivos: romper el récord del orbe en la categoría juvenil. «Tenía muchas ganas de batir ese registro de 17,50 metros en poder de un alemán. Creo que me sentí un poco presionado por eso, además, no llegué en perfectas condiciones», manifestó.
Tres meses después, el triplista de 17 años se llevó también la corona en los Juegos Olímpicos de la Juventud, celebrados en Buenos Aires, Argentina, donde destrozó la supremacía para el evento, de 16,37 metros, en poder del antillano Radamés Fabar. La experiencia en la ciudad bonaerense fue diferente a lo vivido en los mundiales, dice Jordan, pues con el fin de establecer lazos fraternales entre los participantes, se desarrollaron disímiles actividades en las villas donde se hospedaron los deportistas.
El sistema competitivo adoptado en esa justa, explica, lo tomó por sorpresa, aunque no tuvo dificultades para ganar, porque toda la temporada había saltado por encima de 17 metros y sabía que alcanzando un resultado similar, era suficiente para lograr la mejor marca histórica del evento.
Gracias a su actuación en esos torneos, a principios de noviembre fue nombrado por la Confederación de Atletismo de Norte, Centroamérica y el Caribe (NACAC, por sus siglas en inglés) como el mejor atleta juvenil del año. «Me puse muy contento con la noticia, ni siquiera sabía que este tipo de reconocimiento existía, pero era esperado por los resultados en las competencias», confesó entre risas.
Jordan tuvo la oportunidad de mostrar su calidad fuera de su zona de confort en las categorías inferiores, al participar en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Barranquilla, Colombia. Con respecto a esa competición, el triplista consideró que pudo haber obtenido el cetro. Sin embargo, se sintió feliz con el segundo lugar, pues lo logró en una competencia de mayores.
El próximo año está a la vuelta de la esquina. Entre los objetivos del talentoso atleta se encuentran subir al podio en los Juegos Panamericanos de Lima, aunque no se atreve a pronosticar en cual escaño. También posee el ambicioso propósito de terminar entre los primeros lugares en el Campeonato Mundial para mayores, con sede en Doha, Catar.
En el 2020 tendrá 19 abriles. Para ese entonces uno de sus sueños es asistir a los Juegos Olímpicos de Tokio. «Hasta ahora he demostrado que puedo mejorar cada año, por eso mi entrenador Ricardo Ponce y yo tenemos en mente rebasar la barrera de los 18 metros. Esa es nuestra meta más importante para llegar bien preparado a Japón y lograr un resultado destacado», finalizó.