Roel Santos es uno de los más habilidosos de la Isla con el toque de bola. Autor: Calixto N. Llanes Publicado: 17/09/2018 | 10:00 pm
En el campeonato cubano, eminentemente ofensivo y de pitcheo con tendencia al descontrol, una de las jugadas que menos se debería poner en práctica es el sacrificio en toque. Es un regalo para el equipo contrario, que solo tendría que buscar por otras vías dos outs para matar la entrada.
Las principales ligas del mundo acuden cada vez menos al toque para avanzar corredores, sin que ello quiera decir que no se ejecute en determinadas situaciones de juego y especialmente en el último tercio. El béisbol moderno privilegia los bateadores de poder, que de un solo swing produzcan carreras. Hombres así en la alineación justifican que se toque menos.
Además, hay estudios que confirman que esa jugada no resulta tan eficaz como muchos mentores suponen. Una investigación realizada en Grandes Ligas arrojó que las expectativas de crear carreras con un hombre en primera sin out son ligeramente mayores que si estuviera en segunda con un out. El mismo seguimiento estadístico reflejó que cuando había corredores en la intermedia sin out se anotaba más que cuando ese jugador llega a tercera con un out.
En Cuba no hay un estudio científico sobre ese tema en particular, pero varios expertos consultados consideran que los resultados no difieren mucho de las tendencias internacionales.
Existe un viejo axioma en el béisbol que dice que el equipo que juega para una carrera solo eso logra. El pasado domingo Artemisa estuvo desde el mismo capítulo inicial tocando para adelantar corredores y al final perdió por una anotación. Solo logró un ralling y fue en el tercero, cuando no tocó.
Resulta llamativo que Dany Valdespino la ordene tanto, pues posee la segunda mejor ofensiva del campeonato, con average de .331 y su promedio de embasado (.432) y el poder de su tanda (.497) también están por encima de la media.
Antes del partido de ayer, era el elenco que más tocaba en sacrificio con 30 intentos, la misma cantidad de La Isla, elenco con números más pálidos al ataque que los Cazadores. Sus defensores podrían alegar que aplicando esa estrategia Artemisa se ubica entre los primeros ocho de la tabla de posiciones.
También podrían justificarse diciendo que con hombres en base conectan 2.11 roletazos por cada batazo de fly, una tasa que favorece mucho la ejecución de doble play. O que han logrado fletar para la goma al 23 por ciento de los 506 corredores encontrados en posición anotadora.
Sin embargo, de los 30 sacrificios en toque, diez los ha ejecutado el segundo en la alineación, Yoan Moreno, un muchacho cuya línea ofensiva (AVE/OBP/SLU) es de.370/.411/.530.
Otros, como Villa Clara, tienen que apelar al toque de bola por necesidad. Su director, Eduardo Paret, preferiría combinarla más con otras variantes ofensivas, incluida la velocidad, pero ni su equipo es rápido ni sus jugadores tienen las habilidades de Michel Enríquez para colocar los batazos por donde la situación de juego lo amerite.
Tampoco sus hombres tienen gran average, ni alto promedio de embasados y mucho menos impresionan por el slugging, en todos los casos por debajo de la media. Y otro detalle, varios de los que tienen buenos números con el barquillo no tienen la misma eficiencia cuando encuentran corredores en base, es por ello que el mentor prefiere sacrificarlos antes que conecten rodados ideales para la doble matanza.
Los Naranjas han remolcado solo a 74 hombres de los 385 encontrados en posición anotadora, para menos de 20 por ciento, uno de los más bajos de la campaña. Si un mentor tiene urgencia de buscar carreras para ganar los juegos ese es Paret y, sin embargo, no encabeza el ranking de los que más apela al sacrificio en toque, solo ha intentado esa variante 18 veces.
Mientras no abunden bateadores de poder en Cuba sería muy útil enseñar, practicar y ejecutar con mayor frecuencia otras jugadas que sirvan para colocar a los corredores más cerca del home plate.
Repetir casi siempre la misma acción también ayuda a la defensa rival, que se acomoda y tiene una alta probabilidad de concretar el out, a veces sobre el corredor más adelantado, pues los toques en Cuba muchas veces se ejecutan mal, si es que se logra el contacto.