Lamentablemente, a menudo en casi todas las latitudes se reportan escandalosos incidentes de violencia en el deporte que involucran a los propios actores del espectáculo o se trasladan a las gradas, donde los fanáticos asumen conductas reprochables. Sobre un fenómeno multifactorial como este y cómo tratarlo de una manera acertada trató la conferencia temática Manejo responsable de la violencia en el deporte, del Dr. C. Luis Gustavo González, durante la jornada de clausura de la 7ma. Convención Internacional de Actividad Física y Deportes (Afide 2017).
«En la ponencia abarcamos las causas que propician la violencia en el deporte y cómo manejarlas. Hay que partir de la diferencia entre violencia y agresividad, porque a menudo se considera que manifestaciones verbales son actos de violencia, lo que no es así, pues a eso se le llama aggro, es decir, insinuaciones de violencia que no tienen condiciones detrás para convertirlas en un acto violento», declaró González.
Agregó que los sucesos de violencia con consecuencias que se manifiestan en el deporte cubano en los últimos años son insignificantes en comparación con los que se producen en el mundo del fútbol, donde existe el hooliganismo, en el que 6 000 hooligans, por poner una cifra, se trasladan en Europa cazando partidos atractivos, solo para transmitir un ambiente destructivo y utilizar el espectáculo deportivo para formar camorra.
Otro elemento abordado fue el de los medios de comunicación, pues en numerosos países, cuando surge una reyerta, la siguen, incluso, desatendiendo el propio espectáculo que se cubre. Esa prensa persigue tiradas mayores, explica el estudioso del tema, lo que repercute en un beneficio económico para determinadas personas.
«¿Cómo es posible que un entrenador, en un momento importante de un campeonato, humille a un deportista? Eso existe todavía y genera una violencia para después, porque esa energía la quiere volcar el atleta con otra persona. También, cuando en el béisbol se tira una recta de 90 millas pegada al cuerpo, hay que saber distinguir si se trata de un acto violento o de aggro, porque muchas veces el hecho de lanzar pegado forma parte de la estrategia de juego, por lo que hay que capacitar al deportista para que haga la lectura mejor indicada.
«El deporte es un elemento más de todo un contexto social y el control de la violencia no solo está en manos de los organizadores de un estadio, sino que es tarea de todos y por eso en Cuba existen condiciones para lograr que ese mal sea mínimo», explicó el experto.