Los goles de Messi en el minuto 29 de partido y del uruguayo Luis Suárez en el 37 neutralizaron al Atlético de Madrid Autor: Juventud Rebelde Publicado: 21/09/2017 | 06:25 pm
BARCELONA, enero 30.— El Barcelona asestó este sábado un golpe de autoridad a la Liga española de fútbol al reforzar su liderato con una trabajada victoria 2-1 sobre su inmediato perseguidor, el Atlético de Madrid, que jugó desde el final del primer tiempo con diez hombres y los últimos 25 minutos del partido con nueve, destaca DPA.
La expulsión del brasileño Felipe Luis justo antes de la pausa con roja directa por una durísima falta sobre el argentino Lionel Messi y la del uruguayo Diego Godín en el 65 minuto por doble amarilla fueron un lastre demasiado pesado para los rojiblancos, que se avanzaron en el marcador, vieron luego cómo el Barcelona lo volteaba y siguieron compitiendo hasta el final, pese a su clara inferioridad.
El esfuerzo, encomiable, dejó a los dirigidos por el argentino Diego Simeone a tres puntos del Barcelona que, con un partido menos en su cuenta y 51 unidades, ahora comanda la Liga en solitario, y aventaja en ocho al Real Madrid, que mañana recibe al Espanyol.
Los goles de Messi en el minuto 29 de partido y del uruguayo Luis Suárez en el 37 neutralizaron el anotado por el español Koke en el noveno y firmaron una victoria que, si bien no despejó ciertas dudas sobre el juego, puede valer su peso en oro.
Frente al equipo menos goleado del campeonato -ocho tantos hasta hoy- y principal rival por el título hasta ahora, los dirigidos por el español Luis Enrique lograron ganar por segunda vez en la temporada y se aseguraron la ventaja en el eventual desempate con tremendo esfuerzo.
Como en la primera vuelta del campeonato, al Barcelona le tocó remar contra corriente desde inicio porque el Atlético, con una idea muy clara de lo que tenía que hacer, le complicó la vida durante la primera media hora de partido.
Lo hizo con una presión muy alta durante los primeros minutos del duelo, un gol tempranero de Koke y una consistencia defensiva posterior que sólo pudo romper Messi, rozando la media hora de partido.