Yorbis está en la historia del béisbol avileño. Autor: Juan Moreno Publicado: 21/09/2017 | 06:18 pm
Claro que todavía es temprano, que en la temporada apenas amanece, pero como van las cosas, una de sus nacientes expectativas —de las más atractivas, me atrevería a asegurar—, gira en torno a la imbatibilidad del equipo de Ciego de Ávila. Este martes los Tigres completaron su primera docena de éxitos y nada menos que frente a la Isla de la Juventud, su rival en la final de la campaña precedente.
Los dirigidos por Roger Machado han echado por tierra la teoría del mal comienzo de los campeones. Ahora, en el habitualmente inexpugnable puerto pinero, no solo sometieron a los Piratas, sino que los blanquearon.
Los zarpazos comenzaron en la misma primera entrada cuando el jovencito Luis Robert Moirán, hombre proa desde su regreso del Mundial juvenil, castigó con un doble a Luis Manuel Suárez, se robó la antesala y anotó por error. A seguidas, otro doble de Osvaldo Vázquez empujó la segunda, y con eso bastaba.
Pero los Tigres no se saciaron y sumaron par de anotaciones en los innings tres, siete y ocho, mientras que el diestro Osmar Carrero mojaba la pólvora de los filibusteros durante casi seis entradas, en las que apenas soportó cuatro imparables. Un trío de rescatistas formado por Liomil González, Dainel Jiménez y Yandy Suárez no dejó aumentar la cifra, y completaron la notable faena monticular.
Vale mencionar que la manada rayada se mostró impecable en la defensa, y ya van cuatro juegos consecutivos sin cometer errores, sin dudas una de sus bases para liderar el torneo.
Hasta el momento, solo Industriales ha podido entrampar par de veces a los Tigres, y de momento no aparece en el horizonte otro equipo que pueda cazarlos.
Luis Robert fue el más sobresaliente con el madero al conectar tres de los diez inatrapables avileños. A la causa aportó uno el torpedero Yorbis Borroto, quien el pasado sábado, en el José Ramón Cepero y frente a los envíos del tunero Lisander Cruz, se convirtió en el pelotero número 159 que llega al millar de hits en series nacionales, y el octavo hijo de la tierra de la piña con semejante honor.
Según los amplios archivos de nuestro estadístico Benigno Daquinta, su primer cañonazo lo conectó el 15 de marzo de 2003, también en su patio y ante el artemiseño José Ángel García, que entonces lanzaba para el desaparecido equipo de La Habana. De paso, impulsó su primera carrera en nuestros clásicos nacionales.