Los jonrones de Cuba han sido sin hombres en circulación. Autor: Roberto Morejón Rodríguez/AIN Publicado: 21/09/2017 | 06:02 pm
SAN JUAN, Puerto Rico.— Cuando todo parecía indicar que nuestra agonía se extendería hasta el último out del tramo clasificatorio, el triunfo de los Gigantes del Cibao dominicano sobre los ya clasificados Tomateros de Culiacán, cerró el cuadro de semifinalistas de la presente Serie del Caribe, al que entraron los Vegueros de Pinar del Río a pesar de sufrir este jueves su tercer revés en el torneo.
La franquicia mexicana estuvo a tres outs de llegar invicta a su último duelo de esta fase, pero la reacción de los cibaeños, coronada con un largo batazo con las bases llenas, no solo les aseguró un espacio entre los candidatos al trono, sino que además les da posibilidades de terminar en la segunda plaza en la tabla de posiciones.
Así las cosas, salvo el interés por ver si los anfitriones y eliminados Cangrejeros de Santurce se despiden de su público con al menos un triunfo, la jornada de hoy apenas definirá el ordenamiento en los tres primeros puestos, pues ya está definido que la novena cubana avanza en la cuarta posición.
Desde un análisis más global, la actuación supera cualitativamente el desempeño de hace un año, cuando los Azucareros de Villa Clara quedaron marginados de la disputa del trofeo. Sin embargo, cuantitativamente, ambas presentaciones de la Mayor de las Antillas tras su regreso a la Serie del Caribe parecen consecutivas gotas de agua cayendo de un grifo mal cerrado.
Como en Isla Margarita, solo un triunfo en cuatro partidos, siempre frente a la representación de Puerto Rico, y las dos veces por solo una carrera de ventaja. Ahora, cumplido el primer objetivo, el reto será, cuando mínimo, dar una estocada más.
Complejo será evaluar objetivamente el desempeño, teniendo en cuenta las notables diferencias en las nóminas, y aun cuando la tropa de Alfonso Urquiola logre una sorpresiva coronación, el debate promete ser encendido y de grandes proporciones.
Porque definitivamente, la actuación del equipo vueltabajero no ha estado a la altura de las expectativas generadas. El éxito previo frente al representativo local apenas maquilló las carencias que ha demostrado el grupo, nuevamente al descubierto en su más reciente incursión frente a los Caribes de Anzoátegui, candidato venezolano al cetro y también con boleto seguro a la siguiente fase.
El zurdo Yoanni Yera logró controlarlos durante las dos primeras entradas, pero no puedo preservar la mínima ventaja que puso el solitario cuadrangular de Alexander Malleta, y tuvo que abandonar el box sin terminar el primer tercio. El largo batazo de Georkys Hernández —que parecía fildeado por Roel Santos— terminó siendo un triple que destapó la caja de los truenos. Tres imparables más y par de robos facturaron un racimo de cuatro anotaciones que pesaron más que un carguero trasatlántico.
En lo adelante, el guión no fue muy diferente al de las tres presentaciones previas: añoranza por una efectiva respuesta del menguado pitcheo de segunda línea, y la confirmación de una ofensiva dispersa —nunca se anotó en la fase más de dos carreras en un inning—, sin cuajar con corredores en posición anotadora.
El torpedero Luis Alberto Valdés, uno de los que consiguió sacar la bola del Hiram Bithorn frente al certero pitcheo de los venezolanos, confesaba cuán difícil se le ha hecho a los bateadores cubanos ajustarse en el cajón de bateo. «Lo más complicado para mí ha sido acostumbrarme a la zona de strike, muy diferente a la que se sigue cantando en la pelota cubana», dijo para confirmar la estrategia del lanzador ganador César Valdés.
A una pregunta de la prensa venezolana, el diestro explicó que «la idea fue siempre bordear la zona con lanzamientos sobre todo en la zona baja. Los dos jonrones que me conectaron fueron equivocaciones mías. En los dos casos fueron sinker que se me quedaron en la zona, un poco altas, y a este nivel las equivocaciones tienen esos costos».
No obstante, su faena aportó tranquilidad al alto mando del elenco «aborigen». El mánager venezolano, Omar López, destacó su satisfacción por el hecho de que haya lanzado la cantidad de entradas que le permitió darle el descanso que estaba necesitando su bullpen. «Eso no quiere decir que guardaré los lanzadores para los juegos de sábado y domingo, sino que me permitió refrescar la rotación que puedo utilizar en lo adelante», sentenció.
Así las cosas, la novena pinareña disfrutará hoy de su fecha de descanso, muy oportuna para reponer las fuerzas necesarias y encarar con mayor optimismo la lucha por los primeros puestos del torneo.