En otras circunstancias, un partido frente a Túnez en cualquier torneo de voleibol, sería encarado por un equipo masculino cubano sin demasiados sobresaltos. Pero resulta que por estos días a la escuadra de la Mayor de las Antillas que participa en la presente Liga Mundial le falta muchísima carretera para retar a los grandes, y para «machacar» a los de la retaguardia.
Esta verdad tantas veces mencionada es la ineludible explicación para ilustrar el triunfo en cuatro sets (26-24, 23-25, 25-19 y 25-21) sobre el elenco tunecino logrado este sábado por los discípulos de Rodolfo Sánchez en la capital mexicana, sede del primer tramo del grupo F. En definitiva, la desconcentración, las fallas tácticas, los errores propios y las ingenuidades que a veces nos parecen imposibles a un nivel como el del prestigioso certamen, no son más que el reflejo de la inexperiencia, las urgencias en el desarrollo y las deudas de formación que arrastran nuestras más jóvenes generaciones de voleibolistas.
Además de asegurar el liderazgo de la llave que será defendido hoy ante el equipo anfitrión, el duelo de marras servirá a Sánchez y sus colaboradores para seguir identificando deficiencias y afinar la maquinaria. Minimizar las pifias —fueron tres más que las 25 del rival— es una tarea perentoria. Lograr la estabilidad en el desempeño global de los auxiliares también, porque es la única forma de lograr un ataque más balanceado y descargar un poco de responsabilidad al opuesto Rolando Cepeda, quien siguió cumpliendo, aun sin estar totalmente fino, con un aporte de 20 puntos a la cosecha cubana.
Por fortuna, la efectividad de los centrales se ha mantenido. Esta vez Isbel Mesa sumó 12 unidades, una más que David Fiel, y entre ambos firmaron tres de los 11 bloqueos efectivos sobre la net.
Al cierre de esta edición los anfitriones mexicanos buscaban frente a la representación de Turquía su segundo triunfo en la lid para llegar, como los cubanos, invictos al choque dominical. Los tres recientes triunfos frente a los mexicanos en un tope previo apuntalan la condición de favoritos para los caribeños, pero se trata ahora de un partido con trascendencia y con el público nuevamente en contra. Así, las precauciones nunca estarán de más.