Freddy Asiel Álvarez lanzó de forma impecable hasta el séptimo episodio Autor: Juan Moreno Publicado: 21/09/2017 | 05:26 pm
Casi detrás de home, protegidos por una «jaula», Víctor Mesa y Jorge Fuentes toman nota, conversan entre ellos y se mueven a ratos hacia el banco de tercera base para dar alguna que otra instrucción. El ex jardinero villaclareño, sin duda el más inquieto, también hace señalamientos hacia todos lados, grita, gesticula y hasta llama hacia su rincón a no pocos jugadores para dar consejos precisos. Los jugadores hacen el resto, jugar lo mejor posible, corregir las deficiencias señaladas, en fin, lucir.
Mientras, el público que se aventura a buscarse un huequito en el graderío del Latinoamericano, sin importarle que la radio y la televisión acompañen estas «escaramuzas» de la preselección cubana de béisbol, se deshace en criterios, evaluaciones y entre gritos de ánimo para sus jugadores preferidos, no deja pasar la oportunidad para algún comentario jocoso expresado a voz en cuello.
Más o menos así fue el paisaje durante el inicio de los duelos de exhibición, con los 41 peloteros del grupo divididos en los bandos Rojo y Azul, aunque los técnicos no descartaron que durante los restantes desafíos pueda ocurrir alguna «permuta».
Mirando las alineaciones del primer choque, ganado por los Azules con pizarra de 7-5, cualquiera pensaría que en la nómina escarlata estuvo la base del equipo que viajará próximamente a foguearse en la lejana Asia. Pero eso es solo pura especulación, viendo a Rusney, Yulieski, Cepeda, Despaigne, «Pito» Abreu y Pestano cubrir la tanda del segundo al séptimo en el orden al bate.
La parte espirituana de este ataque se mostró muy ajustada con el madero —dos imparables de Yulieski y tres de Cepeda como designado—, no así el resto.
No obstante, fue la ofensiva la protagonista en ambas trincheras, desde las que salieron 22 hits para infortunio de los seis lanzadores que se encaramaron en la lomita.
El más castigado de todos resultó el diestro Freddy Asiel Álvarez, quien encajó todas las anotaciones ganadoras. Las cuatro primeras fueron a la pizarra en el mismo capítulo inicial, cuando Alexei Bell le despachó la pelota más allá de las cercas con todas las bases ocupadas. Todo apunta a que el jardinero indómito dará mucha guerra por un cupo en las expediciones que se avecinan.
Tampoco el capitalino Odrisamer Despaigne cubrió sin sobresaltos la faena de cinco capítulos reservada para los abridores, aunque logró amortiguar los daños ocasionados por los siete imparables permitidos repartiendo seis ponches. Además, sus coterráneos Alexander Malleta y Juan Carlos Torrientes le apuntalaron con tres y dos hits, respectivamente.
En resumen, hubo buenas y malas jugadas, varias cosas que pudieron salir mejor. Se vio a algunos peloteros un poco ansiosos en el cajón de bateo, y cierta soltura a los relevistas con sus funciones bien definidas. Dicen que en este tipo de desafíos no se viven grandes emociones, pero cada uno de sus protagonistas demostró sobre el diamante mucha alegría y deseos de hacer bien las cosas. Así es la sana competencia.
Al cierre, ambos equipos cruzaban armas por segunda vez, con no pocas novedades sobre la grama en busca de valorar todas las alternativas posibles. Así, la primera variación en los tonos fue el movimiento del cienfueguero Arruebarruena al campo corto de los Rojos, dejando así su anterior posición en los Azules al capitalino Roberto Carlos Ramírez.
También el pinero Michel Enríquez asumió labores defensivas ocupando el tercer cojín del equipo color del cielo, que movió de los jardines hacia la inicial al habanero Yasmani Tomás. Otro que tomó nuevos rumbos fue el matancero Yurisbel Gracial, —colocado en el jardín central—, quien fue en el juego inicial el tercera base de los Azules.
Además, se estrenaron Yosvani Alarcón y Yulexis La Rosa recibiéndole al veloz Vladimir García y al también diestro Ismel Jiménez, quienes fueron los lanzadores designados para abrir por Azules y Rojos, respectivamente.