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Una mordida que duele

El judoca antillano Oreydi Despaigne fue desacalificado por «morderle un dedo» al uzbeco Raziddin Sayidov. Despaigne ganaba por wazari cuando faltaban 32 segundos para que concluyera el pleito, pero el uzbeco le enseñó su dedo al árbitro y comenzó a quejarse

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Juventud Rebelde

LONDRES.— Todavía se comenta en los pasillos del Centro de Exposiciones ExCel la descalificación del judoca cubano Oreydi Despaigne (100 kg), nada menos que por «morderle un dedo» al uzbeco Raziddin Sayidov. Se trata de un veredicto realmente insólito.

«Llevo 40 años en el judo y nunca había visto algo así», confesó el entrenador Justo Noda, todavía sin poder creer lo que había sucedido.

Despaigne ganaba por wazari cuando faltaban 32 segundos para que concluyera el pleito y los cubanos ya nos frotábamos las manos. Sin embargo, de repente el uzbeco le enseñó su dedo al árbitro y comenzó a quejarse.

Ahí los jueces se reunieron, fueron a la mesa y regresaron con el extraño fallo. Quizá el público ni siquiera se enteró, pues en el otro tatami peleaba la británica Gemma Gibbons, quien a la postre se llevó una sorprendente medalla de plata en los 78 kilogramos.

«Nunca me enseñaron el video. En la mesa solo dijeron que el árbitro lo había apreciado así. A Asley le dieron un golpe en la cara el miércoles. Eso sucede, los judocas meten la mano y se dan. Si Oreydi tenía la boca abierta y el uzbeco se cortó el dedo, eso no significa una acción intencional. Apreciar algo así es demasiado», dijo Noda.

En general, el arbitraje ha sido bastante polémico en estos Juegos Olímpicos. Hemos presenciado protestas de varias delegaciones y ojalá no haya más escándalos.

Finalmente, el uzbeco perdió después con el mongol Tuvshinbayar Naidan, campeón olímpico en Beijing 2008, quien esta vez quedó en plata al ceder en la final frente al ruso Tagir Khaibulaev, monarca mundial en París 2011. Las medallas de bronce fueron para el holandés Henk Grol y el alemán Dimitri Peters.

Entre las damas, la estadounidense Kayla Harrison se impuso en los 78 kg y mejoró su carta de presentación, que era el bronce mundial del pasado año. En el combate final batió a la «eléctrica» británica Gibbons, quien incluso superó en semifinales a la campeona mundial francesa Audrey Tcheumeo.

La brasileña Mayra Aguiar, bronce el pasado año en el mundial parisino, completó el podio.

Tras estos resultados, Rusia sigue al frente del judo con tres medallas de oro y una de bronce, por delante de Corea del Sur (2-0-1). Después aparece Japón (1-2-3) y en total son nueve los países que han ganado algún título.

El mismísimo presidente ruso, Vladimir Putin, estuvo este jueves en el complejo ExCel para apoyar a los atletas. Al parecer, «el espíritu olímpico se contagia», como dice un gran cartel en las afueras de la instalación.

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