El colombiano Carlos Valderrama (izquierda) y el argentino Diego Maradona dieron muestras de su profunda amistad durante el partido. Autor: Kaloian Santos Cabrera Publicado: 21/09/2017 | 05:05 pm
MAR DEL PLATA.— Sea como sea y digan lo que digan, siempre que se asoma es noticia. Diego Armando Maradona o «D10s» —como tal parece que se han puesto de acuerdo en llamarlo muchos medios de prensa y el público inmenso que lo sigue— apareció en Mar del Plata, un balneario que en pleno verano argentino se convierte en la ciudad más agitada del país.
Esta vez Maradona convocó a una constelación de amigos y veteranas figuras del fútbol de Argentina y Colombia para un partido de siete contra siete, en la modalidad Indoor Show (similar al fútbol sala que instauró el mismo Diego), que tuvo lugar este miércoles en la noche en el Estadio Polideportivo Islas Malvinas, en una cancha techada y sintética de 45 por 23 metros.
Sobre las particularidades del juego, Maradona explicó en una conferencia de prensa, un día antes del choque, que se trataba de «un partido de jugadores grandes que pasamos por la selección en ambos conjuntos. La gente quiere ver a jugadores que se identificaron con las camisetas de sus respectivos países. Va a ser lindo ver a Serna, al Patrón Bermúdez y a Valderrama jugar juntos. Nosotros también tenemos lo nuestro: Trotta, Mancuso, el Negro Enrique, Ruggeri y seguramente vamos a dar un buen espectáculo. Me encanta, además, la idea de que los chicos de distintas instituciones tengan la oportunidad de venir gratis a ver el show».
Y en efecto, cerca de 8 000 personas, entre ellas mil niños con entradas gratuitas, llegaron para ver al rey y a otras estrellas.
Se jugaron dos tiempos de 30 minutos cada uno y el partido quedó empatado a cinco. Bien reñido. Ambos conjuntos dieron un buen espectáculo y no se regalaron ninguna caricia. Ni siquiera al protagonista, al que marcaron con celo —como apenas se le pudo pudo hacer en sus años mozos— y más de una vez fue el Pibe de Oro al piso.
Pero el más grande jugador de fútbol de todos los tiempos, dentro de la cancha, siempre va estar como nadie en su hábitat natural. De esa forma, como si no cargara medio siglo de vida, a los 14 minutos del primer capítulo y 3 a 3 el marcador, el ex DT argentino les regaló a los espectadores el golazo que fueron a ver: se escapó y encajó el balón de volea en la puerta contraria. Fue una clase de alta definición frente al arco. Antes, en el minuto 4, ya había probado con un remate de tiro libre que pegó desdichadamente en el ángulo.
El Diez gritó su gol y en las tribunas la hinchada —en su mayoría conformada por niños y jóvenes— enardeció por la felicidad: fanáticos vestidos con camisetas de la selección nacional, de Boca Juniors, pulóveres con la imagen de Maradona y portando banderas y carteles con frases tales como «Gracias, D10s, por ser argentino».
Al final del partido estallaron los aplausos, el abrazo de todos, las lágrimas y el tsunami de público hacia la cancha no se hizo esperar. Cientos de personas rodearon al ídolo para abrazarlo, pedirle su firma en una camiseta, una pelota, retratarse o solo tocarlo.
Entre la multitud yo intentaba ganar algún espacio para hacerle unas preguntas. Fue imposible.
Pero algo le llegó de lo que intentaba decirle. Solo escuchó la palabra Cuba y entonces se dio vuelta. Con una mano se dio unas palmaditas en el corazón y acto seguido, sin mediar sílaba, descubrió su hombro derecho, donde tiene tatuado al Che. Luego me mostró su pierna mágica, la zurda, donde lleva la imagen de Fidel. Fueron segundos. La marea de gente se lo llevó.
Esa misma gente a la que Diego Armando Maradona, D10S, ama: «Yo soy de la gente, no soy de nadie más», dejó bien claro antes de comenzar el partido en la conferencia de prensa donde también declaró sentirse «respetado, querido, y lo agradezco porque después del Mundial quedé muy golpeado y fue la gente la que en la calle me levantó de mi luto». ¡Grande Diego!
Las formaciones:
Para los seguidores de uno y otro equipo, para las añoranzas y las nostalgias, estas fueron las formaciones:
Argentina: Ignacio González, Roberto Trotta y Oscar Ruggeri; Hugo Ibarra y Alejandro Mancuso; Diego Maradona y José Luis Calderón. Luego ingresaron Claudio Husain, Claudio Ubeda, Héctor Enrique, Gabriel Amato, Diego Soñora y Lionel Gancedo.
Colombia: Tuberquia; Jorge Bermúdez y Mauricio Serna; Carlos Gutiérrez y Valderrama; Víctor Aristizabal y Diego Osorio. Más tarde entraron Ferri Samrano y Franquie Oviedo.
Goles:
Dos minutos PT Calderón (A); 3 min. PT Ibarra (A); 7 min. PT Ibarra (A); 10 min y 14 min. PT Aristizabal (C), y 19 min. PT Maradona (A).
Ocho min. ST Valderrama (C), 15 min. ST Aristizabal (C), 30+3 min. ST Trotta (A).