Vista superior. Bautizada con el nombre de «Nube de la Promesa», la antorcha olímpica está conformada por una aleación de aluminio y magnesio pulido, mide 720 milímetros de alto, pesa alrededor de un kilogramo, y combina el emblemático color rojo intenso con una delicada decoración dorada. La empuñadura es de caucho para favorecer el agarre.
Recreación de las nubes. Su diseño está inspirado en un tradicional pergamino chino, y en ella se fusionan la tecnología moderna y el espíritu olímpico con la milenaria cultura de la nación asiática. Las nubes constituyen el elemento visual más significativo, justificado por la estrecha relación de estas con la cultura del país y por ser consideradas como símbolos de la buena suerte y la armonía.
Logotipo de los Juegos. La llama puede alcanzar entre 25 y 30 centímetros de alto en condiciones normales, es posible identificarla bajo el sol y en áreas de luz extremadamente brillantes. Además, tiene la capacidad de resistir rachas de viento de hasta 65 kilómetros por hora, y puede continuar ardiendo bajo una lluvia de 55 milímetros por hora.
Vista inferior. Sus creadores tuvieron en cuenta la responsabilidad con el cuidado del medio ambiente, pues utiliza para la combustión el gas propano, fuente económica de energía, que garantiza bajos niveles de contaminación.