Mientras una distraía, la otra atacó. Así fue la estrategia utilizada por dos ardillas de New York contra David Markovich. El hombre se encontraba filmando al animalito, asombrado de que le permitiera acercarse tanto con la cámara, sin notar que desde lo alto de una valla a solo unos pies de distancia lo observaban cuidadosamente. La segunda ardilla se lanzó sobre él y le derribó la cámara con el impacto. Al parecer el humor de las ardillas no es muy inocente, aunque sus tretas son efectivas.