¡Encontrar la felicidad! Esa es la clave del éxito. Y si no que le pregunten a Karl Rabeder, un empresario austriaco que dice sentirse mucho más feliz luego de haber regalado todo su dinero. El hombre vendió su negocio, su lujosa mansión en los Alpes, todas sus limosinas, autos deportivos y su avión privado, y transfirió todo el dinero de sus cuentas bancarias a organizaciones de caridad del Tercer Mundo que se encargan de otorgar préstamos a personas que no pueden conseguirlos en bancos. «El amor, estar al aire libre, ver el amanecer... Esas son las cosas que me hacen sentir pleno», dijo Rabeder.