Un ladrón que mantuvo a casi dos decenas de personas reducidas en un restaurante mientras su compinche los desvalijaba de sus pertenencias, acaba de ser condenado a una leve pena luego de comprobarse que aunque hurtó, el acto no constituyó un peligro para la seguridad pública, como se pretendía. El hecho ocurrió en Benxi, China, cuando el atacante amenazó a los usuarios con hacer estallar su cinturón de «explosivos». Una vez que llegó la policía, sin embargo, esta comprobó que lo que llevaba alrededor de su cuerpo era apenas un atado de salchichas.