Farsante
El norteamericano Robert Farnam es un pillo que fingía sufrir ataques cardíacos para burlar la cuenta. Así lo hizo para no pagar un viaje en taxi, cuando al final del recorrido simuló un infarto, y lo repitió más tarde justo antes de que llegara la cuenta por la comelata que se dio en un restaurante. Solo que su «drama» se complicó porque los bomberos lo llevaron a un hospital donde, para colmo, el médico recibió a Farnam con un singular «¿Tú, otra vez?», tras atenderlo una decena de veces en el último mes. Seguro le entregan un Oscar ¡en prisión!
AutonoqueoUn granjero chino intentaba anestesiar a un ciervo para serrucharle los cuernos, pero se pinchó accidentalmente y terminó tomando una siesta de 11 horas. Lo cierto es que al ciervo no le harían mucha gracia las pretensiones de Liu, pues le provocó el pinchazo involuntario y lo dejó colapsando hasta que sus familiares lo trasladaron de urgencia a un hospital. Pero la cosa no paró allí, pues los doctores debieron recurrir a veterinarios para reanimar al «granjero durmiente». El anestésico era tan fuerte como para dormir a un elefante. «Firma: El ciervo. PD: Dulces sueños».
CambalacheEn EE.UU., un hombre vendió el nombre de su hijo por cien dólares en combustible. Como lo lee. El hijo de David Partin se llamará Dixon Willoughby Partin porque su padre quería nafta gratis, y un programa de radio ofrecía cien dólares en combustible a quien hiciera la oferta más original, por lo que Partin llamó y explicó que iba a ser padre y bautizaría a su hijo con el nombre que los conductores eligieran.Y fueron los apellidos de ellos: Dixon y Willoughby. El padre de la criatura explicó que «los tiempos están difíciles y con esa cantidad de nafta puede manejar durante un par de semanas». No, no; esto ¡no tiene nombre!