En Ucrania, un hombre fue arrestado tras asistir a una exposición sobre la historia del retrete y orinar en uno de los modelos en exhibición, en la ciudad de Kiev. Al parecer, Vassiliy Kovalchuk, de 48 años, confundió el museo con un baño, por lo que no tuvo reparos en «hacer aguas» dentro de la histórica letrina. Según este Manneken Pis ambulante, al entrar le dijeron que los visitantes debían usar los baños públicos y él siguió esas indicaciones al pie de la letra, pero el siguiente baño que utilizó fue el de la estación de policía. ¡Qué clase de tipo! Incordio
Tras dos años de disputa judicial y una operación oftalmológica, una belga de 97 años logró que le devolvieran su licencia de conducir, retenida desde que rozó a otro vehículo y se dio a la fuga. En el juicio, la anciana argumentó que necesitaba su auto para asistir a la iglesia e ir de compras y detalló que durante sus viajes no superaba jamás los 60 kilómetros por hora ni conducía en una velocidad superior a la tercera. Las condescendientes autoridades le extendieron la validez de su permiso hasta los cien años. Sin embargo, la nonagenaria estudia apelar la sentencia, porque los jueces restringieron sus movimientos motorizados a un radio de diez kilómetros en torno a su casa y su hermana vive a 17. ¡Hum!
Choque salvadorUn estadounidense logró salvarse in extremis de morir ahogado, tras chocar su auto contra un árbol. Les explico: Bryan Rocco fue víctima de la comida rápida —que esta vez no llegó a su estómago para causar peores estragos—, pues se atoró con un aro de cebolla que le provocó un desmayo por asfixia mientras conducía. El vehículo se salió de la ruta, y el impacto, lo suficientemente sutil como para no (re)matarlo, fue tan fuerte como para devolverle la vida cuando expulsó la fatal rodaja.