Africaans, de Malcolm Jarrosay. Autor: Juventud Rebelde Publicado: 21/09/2017 | 05:56 pm
Motivo de inspiración tanto para académicos como para artistas es la transculturación. A indagar en este fenómeno, principalmente en la huella dejada por dos de los más significativos grupos humanos que llegaron a tierras cubanas y se insertaron como parte de nuestra identidad nacional, invita la exposición Horizontes difuminados, de los creadores Lissy Sarraff y Malcolm Jarrosay.
Empeñados en desenterrar un pasado lejano en el tiempo, pero que para ellos resulta especialmente cercano, Lissy y Malcolm hurgan en sus orígenes y convierten en arte las emociones que este les despierta. Haciendo uso de lenguajes, formatos y técnicas diferentes, la obra de estos creadores parte de las investigaciones, casi antropológicas, que ambos han realizado (cada cual por su lado) acerca de las culturas originarias de sus respectivas familias.
Sus nombres y apellidos, como bien se señala en las palabras que aparecen en el catálogo de la muestra, «distan mucho de cualquier raíz ibérica o africana. Los Sarraff, provenientes del Líbano; los Jarrosay, de la Francia continental».
Quizá por eso sea tan atractiva Horizontes difuminados que tiene, además, el mérito de contar con un discurso curatorial coherente que permite engarzar armónicamente las dos propuestas y nos conduce a explorar en las culturas árabe y francesa.
Nueve obras, en tinta sobre cartulina, y a pequeño formato, hablan en esta ocasión de las inquietudes de Lissy (graduada de Educación Plástica, en el Instituto Superior Pedagógico Enrique José Varona). Esta creadora se expresa fundamentalmente a través de la pintura y la caligrafía árabe. Sobre este último soporte se yerguen sus piezas presentes en la muestra. La artista pone a apreciación del público trabajos con textos del Corán y también con poemas.
Macolm, por su parte, está representado con tres obras, realizadas en técnica mixta y a gran formato, las cuales dejan entrever sus esencias e incitan a establecer un diálogo con sus antepasados. Los atuendos típicos de la mixtura entre la cultura francesa y haitiana sobresalen entre los elementos que distinguen la obra de este creador, en la que el tema de la mujer ocupa un lugar preponderante.
Graduado de la Academia de San Alejandro, en la especialidad de pintura, Macolm labora como especialista de Artes Plásticas en la Universidad de las Ciencias Informáticas (UCI), y es el creador y coordinador del Proyecto Cultural MALATESTA, que aúna varias manifestaciones del arte en el capitalino municipio de La Lisa.
«El propósito principal de estos artistas es aferrarse y redimir lo que pudiéramos denominar su identidad personal primigenia; aquellos fragmentos de cultura que ya existían mucho antes de concebirse una “conciencia nacional”, pero que, a fin de cuentas, forman parte de nuestra identidad». Estas palabras expresadas por Karina Paz Ernand, curadora de la exposición, resumen la esencia de una muestra que servirá de inspiración a investigaciones futuras sobre el tema.
«Para mí lo más interesante de esta propuesta ha sido descubrir, a partir de la búsqueda e investigación a que me impulsó la obra de estos artistas, que la presencia árabe y francesa resultaban temas escasamente tratados en la plástica cubana», afirmó la también profesora de la Facultad de Artes y Letras de la Universidad de La Habana.
«¿Es que acaso, con la extensa comunidad árabe que existe en nuestro país, pocos artistas de la plástica dentro de ella sienten el deseo de trabajar sobre su legado cultural? ¿Al menos en Guantánamo, donde habita una comunidad francesa que lucha de mil maneras por perpetuar sus raíces, tampoco despierta la “musa plástica”?», pregunta Karina Paz Ernand en las palabras para el catálogo.
Sea cual sea la respuesta, lo cierto es que Horizontes difuminados, abierta al público en la galería Espacio abierto, de la revista Revolución y Cultura (calle 4 e/ Línea y 11, Vedado), constituye una expresión palpable de cuánto se puede decir a través de la plástica sobre la influencia que en nuestra cultura ha tenido la presencia árabe y francesa.