Los Muñequitos de Matanzas han marcado su huella en la música de la nación. Autor: René Masola Publicado: 21/09/2017 | 05:26 pm
Los bailadores se miran y rompen los tambores con su toque cadencioso. Un yambú seductor marca el ritmo de sus pies y la sensualidad del baile los sacude. Al tocarse un guaguancó, la pareja se mira desafiante.
«La armonía lo exige», dice un experimentado bailador, Diosdado Ramos. «Ves cómo el hombre trata de proteger a la mujer, o cómo el gallo lo hace con la gallina. Es todo un desafío».
Ramos, bailador por excelencia, es el líder de una agrupación esencial en la rumba, los Muñequitos de Matanzas. Lleva un poco más de cuatro décadas allí y al hablar del sexagenario grupo, se emociona.
«Es el proyecto de nuestras vidas», dice a Juventud Rebelde. Es que los Muñequitos han consignado su huella en la música de la nación y fue esa razón esencial para el agasajo que recibieran sus integrantes recientemente, en el teatro Lázaro Peña de la capital.
Ellos son herederos de una tradición nacida en los muelles de la Atenas de Cuba y anclada en el rostro africano de nuestro folclor. Familias enteras han pasado por allí. De generación en generación. Y ahí están todavía descendientes de los Ramos, los Díaz, los Alfonso y los Espinosa. Ellos han forjado una institución cultural que ha llevado su quehacer a varias tierras del mundo.
Al acercarnos al grupo podemos apreciar la labor de formación de sus integrantes. Diosdado Ramos señala que la agrupación es una escuela que forja su relevo no solo en las secundarias y preuniversitarios de su ciudad natal, sino en las nuevas generaciones de las familias fundadoras del grupo.
«Somos también una tradición familiar. Yo, por ejemplo, soy de la segunda generación, pero están, además, mis hijos y mis nietos. Como mismo sucede con los miembros de las demás familias», explica.
Y precisamente a quienes tuvieron la idea de crear el grupo va dedicada la última producción de los Muñequitos. Con el DVD Homenaje a los ancestros, filmado en 2010 y presentado recientemente por la disquera Bis Music, se reverencia a los que, como bien asegura Ramos, «hicieron posible que hoy estemos aquí y que este proyecto continúe».
Consolidados como una agrupación legendaria, los Muñequitos de Matanzas también han juntado su arte a importantes músicos, como ha sucedido con el pianista Frank Fernández, la Camerata Romeu y los Van Van.
Ellos sienten que la rumba no necesita mezclarse con otros géneros para ser más popular y esté en la preferencia de un público mayoritario. De ahí que sus incursiones en otros géneros son, esencialmente, para ampliar el espectro de potencialidades que la rumba les ofrece.
La rumba, afirma Diosdado Ramos, ha llegado muy lejos sola. «Colaboramos con otros géneros, ya que siempre tratamos de hacer más cosas. Pero lo cierto es que la rumba es una de las bases de la música cubana. Es como el árbol frondoso, de ahí salen todas las ramas. Tiene que ver con todo».
El artista destaca el origen humilde y popular del género. Expresa que la rumba en Matanzas nació en los muelles, pero luego peregrinó a los solares y salones.
Cuando se le pregunta qué predomina en la actualidad: la rumba de salón o de solar, Diosdado contesta que en los salones brillaron muchas figuras, entre ellas Celeste Mendoza, «pero hoy en día se está haciendo la real, la que se desarrolla en el solar».
Aunque el género es oriundo de La Habana y Matanzas, Ramos considera que existen agrupaciones en otras regiones que tienen un desempeño mayúsculo, lo cual hace que el estilo tenga una salud muy grande.
«Los jóvenes lo están haciendo muy bien. Hay un relevo. El otro día, en una audición que hacíamos al grupo Timbalaye, nos gustó mucho lo que presentaron. Ellos tienen un toque y un baile excepcional. También podemos mencionar a Rumbatá de Camagüey y a los grupos que vemos a diario en el Palacio de la Rumba».
¿Qué faltaría entonces?, inquiero. El director de los Muñequitos de Matanzas ofrece su visión: «Cada día debemos ser más disciplinados y saber que la rumba es lo de nosotros. Debemos seguir pa’ alante».
Recorrido necesario
Fundado el 9 de octubre de 1952 en el barrio La Marina, Muñequitos de Matanzas constituye una de las agrupaciones cimeras de la rumba cubana. Tuvo entre sus primeros integrantes a los famosos Saldigueras, Virulilla, Catalino, Gallito, Pellado y Cacha, entre otros. Han actuado en innumerables países y entre sus importantes materiales discográficos destacan proyectos como El guaguancó de Matanzas, Óyelos de nuevo, Rumberos de corazón y Tambor de fuego.
Fue meritoria también su participación en el CD La rumba soy yo (2001), volumen que reunió a los mejores rumberos de la Isla y obtuvo el Grammy Latino.