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Aire de Concierto

Esta joven agrupación musical ya ha esparcido su «corriente jazzística» por varios escenarios de la Isla, y su primer disco, Con Clarinete, aparecerá próximamente

Autor:

Yelanys Hernández Fusté

Les gusta improvisar. Para ello emplean un formato novedoso: dos instrumentos de viento, uno de cuerdas y la batería. Se nombran Aire de Concierto y ya han esparcido su «corriente jazzística» por varios escenarios de la Isla.

Los aplaudieron mucho hace un año en el Teatro Mella. El Jojazz los atrajo. Es que su melodía contagia. Tanto que se llevaron a casa el premio del certamen en el apartado de agrupación de pequeño formato.

Una gira les permitió en octubre acercar su música por las escuelas de arte y las salas de concierto del país. Está casi a punto de salir Con Clarinete (Bis Music), su primer disco. El Mella los vuelve a acoger este domingo, en el cierre del periplo que han hecho por toda Cuba...

Pero detrás de estos acontecimientos la agrupación enseña sus sólidos conceptos: adicionar al género que cultivan ciertas dosis de estilos cubanos, y emprender así, su camino por tendencias musicales menos convencionales como el nengón —oriundo de la región oriental—, el changüí y un extenso etcétera.

Janio Abreu, su director, lo asegura: «Ahora mismo montamos un número (Para ti, nengón) que evidencia esa búsqueda por las raíces. También habrá temas a lo mozambique y pilón, pero todo con la idea de que sonará diferente por nuestra conformación musical y sin olvidar que lo nuestro está conectado a aquel jazz norteamericano de los años 30».

Intentan romper la rutina desde la fundación del grupo hace dos años. De eso se trata todo. Estudian cada día sus instrumentos «para mejorar como ejecutantes y perfeccionar los “solos”».

Una semana de Aire de Concierto se programa con dos ensayos de grupo, uno para los instrumentos de viento, y otro para guitarra, bajo y batería.

Tienen una notable formación profesional. Janio (clarinete soprano y saxofón tenor) es egresado del Instituto Superior de Arte, también lo es Joel Lafont (clarinete alto y clarinete soprano). Miguel Enrique Veliz (guitarra acústica y bajo eléctrico) se gradúa este año, y Ernesto J. Delgado (batería) se tituló de nivel medio.

El «estreno» en la discografía lo tendrán con un álbum que grabaron en febrero en los estudios Eusebio Delfín, de Cienfuegos, y que ahora se encuentra en la fase del diseño gráfico.

Con Clarinete cuenta con 13 temas. Hay composiciones de todos los integrantes del grupo. Tiene como productores a Alexis Boch y Emilio Martiní. Según Janio el CD es una especie de historia contada musicalmente.

«Al primer sencillo le pusimos Clarinetiando porque fue como un “calentamiento”, que convida a disfrutar del jazz hecho con clarinete», comenta.

El fonograma contiene los títulos Como el elefante, del que han hecho un videoclip; una versión de Capullito de alelí, con arreglo del guitarrista Miguel Enrique Veliz. Aparece igualmente Tumbao con moña, del pianista Alejandro Falcón; y el bounus track Pájaro lindo —un son de Ignacio Piñeiro interpretado en esta ocasión por Fabio Corriery y los coros corrieron a cargo de los mismos instrumentistas.

Tanto en el disco como en las actuaciones se palpa el disfrute que experimentan estos muchachos. No hay melancolía en sus piezas. Es que para Janio no todo en el género es «triste».

«Nuestra música es alegre. Sencillamente es el medio que encontramos para expresarnos con libertad. Cuando te enfocas en una partitura de música clásica estás “amarrado” a lo que escribió el compositor. Pones tu parte como intérprete, pero guiado por las especificaciones que ha hecho el autor de la obra. El jazz no. Es improvisación casi todo el tiempo».

Resulta contradictorio. En las escuelas no se enseña el género, sin embargo existe un movimiento de jóvenes que lo tocan y se presentan cada año al Concurso Jojazz. «Somos una generación como las anteriores. Nos identificamos con el jazz. Hay tantos buenos músicos en Cuba haciéndolo y no tienen una guía. Solo se pasan discos, libros. No hay un camino, lo cual ayudaría mucho».

Aire de Concierto piensa que es muy necesaria una escuela de música popular. «Se lograría un nivel mucho mayor desde edades más tempranas, porque se tendría un mayor conocimiento», dicen.

Saben también que en el jazz el intérprete debe buscar su camino, porque es «a gusto personal, como uno lo sienta».

El de ellos es jazz que fluye junto a la sonoridad criolla y a esa variedad genérica que se encuentra en ella. Por eso resulta grato encontrarlos, desde hace un año, los primeros viernes de cada mes en los Jardines del Teatro Mella de la capital.

Queremos hacer música que le agrade al público y que a la vez podamos disfrutarla, sentirnos llenos, señalan. Y es ahí donde está la constante exploración de Aire de Concierto. Les queda un largo recorrido, pero por ahora ya hay un buen comienzo.

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