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Joven chofer guantanamero aspira a participar en concurso Guayacán de talla de madera

Este artista aficionado reparte su tiempo entre las tareas de conductor de autos, carpintero ocasional, padre de familia y escultor

Autor:

Lisván Lescaille Durand

 

Una de sus piezas, Unidad y victoria, evoca la ilegal base naval de Guantánamo y cómo el pueblo de Cuba lucha contra el imperialismo. Foto: Leonel Escalona

Guantánamo.— Un pedazo de guayacán en sus manos es como la punta del iceberg creativo para Euder Reyes Hernández.

Aunque su nombre y obra no figuran entre los proyectos de creación artística juvenil, este joven chofer demuestra intrepidez, ingenio y elegancia en el arte de convertir la madera en íconos de animales y personas, como evidencia de su peculiar manera de percibir la realidad.

«Siempre me gustó pintar, pero no tuve la posibilidad de estudiar artes plásticas. No obstante, le di curso a mi imaginación por medio de la artesanía, con diferentes materiales como carey, sigua, acrílico, bambú... con los que confeccionaba figuras, objetos de adorno y cuanto se me ocurría hacer», dijo a este diario.

Con delgadez y carisma sobresalientes, Reyes Hernández reparte su tiempo entre las tareas de chofer de autos en la sede del Partido provincial, carpintero ocasional y padre de familia.

Con 37 años y una extensa hoja de servicios como chofer profesional —desde 1987— en varias instituciones, recuerda que su encuentro con la escultura fue azaroso: «Un día tenía un trozo de guayacán y fui dándole forma hasta que salió el rostro de un indio, entonces me percaté de que tenía habilidades y me propuse seguir».

Asegura que siempre lleva consigo un pedazo de madera para dar rienda suelta a su imaginación en los ratos libres. Los temas de su discurso escultórico entonan con el contexto político y social cubano.

Refiere que una de sus piezas —titulada Unidad y victoria— hace referencia a la ilegal base naval de los Estados Unidos en Guantánamo y a la lucha del pueblo cubano contra el imperialismo. Representa, además, el ejemplo de los cinco jóvenes antiterroristas cubanos injustamente encarcelados en prisiones estadounidenses.

«Me interesa mirar a la sociedad desde el punto de vista político: considero que con mi arte también aporto un grano de arena en favor de la solidaridad. Así lo reflejo en la obra que titulé Un mundo mejor es posible».

Confiesa Hernández que aunque no ha tenido la posibilidad de exponer sus piezas en algún salón, salvo en el de escultura de pequeño formato, pretende participar en la próxima edición del concurso Guayacán de talla en madera, que tendrá lugar el próximo verano en Baracoa. «Sé que será una buena oportunidad. Tengo esperanzas».

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