Una cerrada ovación premió al bailarín argentino Julio Bocca, quien con su interpretación del ballet El lago de los cisnes, en el rol protagónico del Príncipe Siegfried, se despidió de los grandes clásicos
Su virtuosismo y excelente técnica fue aclamada por los más de dos mil asistentes a la sala Avellaneda del Teatro Nacional, quienes fueron testigos excepcionales de una puesta en escena, resplandecida también por la primera bailarina cubana Anette Delgado, en su desempeño como Odette-Odile
Esta superproducción, coreografía de Alicia Alonso, sobre la original de Marius Petipa y Lev Ivánov, mostró a un cuerpo de baile armónico y versátil, que hizo comunión con los diseños escenográficos de Ricardo Reymena, el vestuario de Francis Montesinos y Julio Castaño y la orquestación de la Sinfónica Nacional, conducida por Elena Herrera
Julio Bocca, inició sus estudios de danza a los cuatro años de edad y los continuó en el Instituto Superior de Arte del Teatro de Colón de Buenos Aires, donde se graduó en 1983
Ha sido integrante del elenco del Ballet Estable del Teatro de Colón y artista invitado de prestigiosas compañías extranjeras, entre las que se cuentan el Ballet de la Fundación Teresa Carreño y el Internacional de Caracas, ambos de Venezuela, el Musical de Chatelet de París, Francia, el Anna Pávlova Memorial Ballet, de Tokio, el Ballet Jazz de Montreal, Canadá, y el de la Scala de Milán, Italia.
Considerado como una de las principales figuras del ballet mundial, Julio Bocca debutó en Cuba, en 1986 con El lago de los cisnes, durante el X Festival Internacional de Ballet de la Habana, y volvió a los escenarios de la Isla en los años 1988, 1990, 1998 y 2002, momentos recordados con la proyección de un video al término de la función.
Este domingo Julio Bocca Ballet Argentino se presentó en el Teatro Mella, subsede de la cita de la danza en puntas y hoy actuará nuevamente para los cubanos en la gala de clausura del XX Festival Internacional de Ballet, que preside la prima ballerina assoluta Alicia Alonso.