En el molino de maíz antillano nunca se detuvo el flujo productivo durante la etapa de mayor asedio de la COVID-19 Autor: Carlos Rafael Díaz Borges Publicado: 14/09/2020 | 09:44 pm
ANTILLA, Holguín.— Israel Leyva y el corsario William Heastie navegaron por las mismas corrientes. Avistaron a la bahamesa isla de Nassau y la brisa de la bahía de Nipe los tentó a asentarse en territorio antillano.
Heastie, de quien la periodista e historiadora holguinera María Julia Guerra sabe vida y milagros, compró una vasta extensión de tierra a la corona española a principios del siglo XIX y «ancló» en la península de El Ramón y más allá.
A Israel Leyva, a sus 79 años, todavía le encanta pescar en Barrancones Foto: Carlos Rafael Díaz
Leyva, a quien en Barrancones todos llaman Comandante, no arribó allí, como muchos otros, tras la leyenda del tesoro escondido del alemán que asaltaba navíos. La pesca fue su sustento a partir de integrarse a una cooperativa, y además se enamoró de Eugenia Cabrera, con quien tuvo siete hijos.
Esta pareja de ancianos ocupa hoy una nueva vivienda, muy diferente a la de techo de zinc que los resguardó durante cinco décadas. Ellos forman parte de las ventajosas estadísticas que muestra a JR Ana Rafaela Hernández, presidenta de la Asamblea Municipal del Poder Popular de Antilla.
Ana Rafaela Hernández, presidenta de la Asamblea Municipal del Poder Popular Foto: Carlos Rafael Díaz
«Se ha conseguido un ascenso en la construcción de viviendas. Este año la propuesta es terminar 280: por la vía estatal 215, en células básicas 48 y por esfuerzo propio 17. Ya 130 fueron recibidas por pobladores de El Ramón, favorecidos grandemente en muchos casos, y ese proceso continuará.
«Madres con dos o tres hijos pequeños también han estado entre nuestras prioridades de entrega de viviendas o rehabilitaciones, en respuesta a las políticas nacionales demográficas, y al ser este un territorio costero la Tarea Vida ayudó a entregar nuevas casas a siete familias de la zona de Barrancones. También la nueva comunidad Camilo Cienfuegos generará unos 4 000 apartamentos a largo plazo. Hay 288 finalizados y se plantea concluir 160 en este 2020.
La construcción de apartamentos y viviendas forma parte de la evolución antillana. Foto: Carlos Rafael Díaz
Revitalización antillana
Antilla, el municipio más pequeño de la provincia y uno de los más diminutos de Cuba, con sus 119,79 kilómetros cuadrados y alrededor de 12 450 habitantes, se beneficia con la ejecución de un Plan de Desarrollo Integral (PDI), al igual que Mayarí y Moa.
Norberto Martínez, coordinador local del PDI, se ha involucrado de lleno en revitalizar su terruño: «Las acciones de mejoras comprendieron la entrega de una terminal nueva de ferrocarril, de gran confort, y trabajamos en proyectos de recuperación de la infraestructura de ese medio de transporte, de mucho arraigo acá.
El Café El Boulevard ya está en uso, tras su modernización. Foto: Carlos Rafael Díaz
«El trasiego de cargas llevará muchas labores. Hay una aspiración conceptual, para completar en tres etapas (hasta 2030) relacionada con el puerto, que fortalecerá la carga y descarga de mercancías. Eso se respaldaría con un dragado del área marítima y un reforzamiento de las relaciones con la rama ferrocarrilera».
El centro histórico antillano lo conforma un grupo de edificaciones de valor patrimonial para las cuales se vislumbra un cambio de uso necesario, al destinarse algunas al surgimiento de puntos de prestación de servicios y recreo que agraden a infantes y jóvenes y otros como enclaves extrahoteleros, pensando en un turismo citadino.
«El paseo, con sus tres parques, ha sido remozado, y recientemente se rehabilitó una instalación insigne nuestra, el café El Boulevard, que el 13 de agosto inició sus ofertas. También tendremos un Club Juvenil muy funcional», subraya Martínez.
Olas y avances
La oleada de avances baña a Antilla desde el pasado año. El intendente Carlos Rivero cuenta que «en saludo al triunfo de la Revolución se concluyeron en enero pasado 157 acciones constructivas (54 obras nuevas y 103 reanimaciones) con un monto de 285,3 millones de pesos. Como fuente de financiamiento se utilizaron, además del presupuesto del plan, 508 300 pesos de la contribución territorial.
«La atención primaria de salud fue impulsada con la reparación de seis consultorios, y en el policlínico René Ramos Latour (que brinda servicios hospitalarios) se trabajó en algunas áreas vitales. En la infraestructura educacional se han dado pasos con el mantenimiento de la secundaria básica, el seminternado Miguel Salcedo, el preuniversitario y varias escuelas rurales».
Se trabaja también en vencer los escollos hidráulicos que hacen del abasto con pipas y la ausencia del vital líquido un panorama complejo recurrente, tal como indicó el Presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez en visitas a la provincia.
Parte de esa problemática se ha erradicado en Antilla, donde 16 kilómetros de redes hidráulicas ya cuentan con suministro de agua seguro (de 40 totales) luego de ser rehabilitadas. Eso se traduce en 4 271 personas que disponen del servicio las 24 horas, al quedar cubiertos el circuito 1 y algunas áreas del 2.
«Acá se instaló una nueva conductora de 400 y 500 milímetros de diámetro, de 23 kilómetros, y tenemos un tanque de 5 000 metros cúbicos en la Loma de Jamaica, a la entrada del poblado, cinco veces superior en capacidad al que explotábamos en el centro urbano (desde hace medio siglo) y que ahora se emplea para paliar el desabastecimiento en zonas no rehabilitadas.
«El año 2020 lo cerraremos con 25 kilómetros de redes reparadas. Las restantes serán renovadas por fuerzas de la empresa Hidrocons», asevera Uliser Olmos, director de la unidad empresarial de base (UEB) Acueducto Antilla.
El tesoro de Heastie
La granelera dispondrá de tres accesos para el trasiego de cemento Foto: Carlos Rafael Díaz
Por tres vías accederá el cemento a la unidad comercializadora de este material constructivo que se sitúa donde termina el paseo de la ciudad antillana: a través de las líneas férreas y por rutas marítimas y terrestres. Esta base será la única granelera del país con esas facilidades.
Carlos López, jefe de la planta, explica que en estos momentos funden el piso y en la tercera fase dejarán listo el canal tecnológico hacia el mar, para arrancar en septiembre a total capacidad.
«Contamos con seis silos de 320 toneladas de almacenaje cada uno. Ya hemos rebasado las pruebas del equipamiento, que es bastante moderno. Con este sistema de descarga (ligado a concepciones medioambientales), cuya nave es otra de las singularidades nuestras, el cemento se acercará más a los objetos de obra, al ahorrarse a la economía del país entre 12 000 y 15 000 litros de combustible mensuales».
Alimentos en la mira
Al recorrer Antilla es importante hacer una parada en la UEB Molino de Maíz Comandante Daniel, único de su tipo en Cuba, fundado hace 38 años. El mismo intendente Rivero califica a esta industria como el «central azucarero» que nunca tuvieron.
Perteneciente a la Empresa Cubana de Molinería, esta UEB ha obtenido casi 8 000 toneladas de harina en lo que va de año, lo que significa un sobrecumplimiento del estimado anual para la fecha.
De relevancia en la sustitución de importaciones resulta la faena de los trabajadores de este molino, cuyos encadenamientos productivos lo eslabonan a sectores como la pesca, el cárnico y otros del ámbito alimentario. En todas las provincias se consume harina antillana, y durante las etapas más riesgosas de la pandemia partieron en sacos hacia la capital 700 toneladas en un mes.
Para el Doctor en Ciencias Luis Orlando Aguilera, quien lidera el Grupo de Apoyo al Desarrollo Local (Gadel) y el Consejo Científico de la Universidad de Holguín, asesorar la marcha del PDI de Antilla es un estímulo profesional: «Es directa la incidencia del Gadel, un grupo pequeño, pero multidisciplinar. Nos hemos encargado de ir al ritmo de las necesidades gubernamentales, tratando de dar respuestas desde la academia con participación esencial de los actores municipales. Nos sumamos al Gobierno, los distintos organismos y entidades antillanos, la filial universitaria, e igualmente a artesanos, campesinos, obreros y portadores de valores históricos y culturales territoriales.
«Ejemplos como los de Viñales, en Pinar del Río, o Trinidad, en la provincia espirituana, muestran cómo Cuba, revolucionaria y socialista, promueve destinos turísticos notables articulados con el desarrollo local», asevera.
«No podemos caer en contradicciones; Antilla tendrá que protagonizar su progreso también pesquero, portuario, ferroviario, y mirar hacia territorios próximos que le han sacado provecho al trasvase Este-Oeste para impulsar la rama agropecuaria», valora el experto.
Unas 200 hectáreas antes usadas en la ganadería se destinarán a cultivos varios, y se pretende recobrar la presa Pilones, con el fin de ubicar un polo productivo en sus predios, para crecer en producción de hortalizas.
Antilla tiene 428 hectáreas reservadas a ese fin, insuficientes para concretar las 30 libras per cápita de productos agropecuarios orientadas en el Programa de Autoabastecimiento Municipal. Mas hay intenciones de agregarle terrenos del limítrofe territorio de Banes y añadir materia orgánica a las áreas existentes para aumentar su productividad.
En diciembre último, a un costo de 132 000 pesos, se creó un centro de elaboración de alimentos cuyas producciones están siendo adquiridas por la población directamente y dirigidas al sistema de la gastronomía local, y desde enero la dulcería La Nueva, de la Empresa Productora y Distribuidora de Alimentos, empezó sus ventas de néctar de mango, mermelada, pasteles, polvorones, borrachitas, cakes y marquesitas, entre otras variedades.
A cielo abierto
La base de campismo Antillita es, desde julio, otra opción veraniega holguinera Foto: Carlos Rafael Díaz
Los buscadores del tesoro de William Heastie no han comprendido que el baúl del corsario teutón yace ante sus ojos, y mucho de ese botín lo descubrirán en la base de campismo popular Antillita, en operaciones desde el 11 de julio bajo la modalidad de casas de campaña.
La sexta instalación holguinera de Campismo Popular se ha concebido con 50 cabañas de lona —para cuatro y seis vacacionistas— y puede acoger a unos 220 campistas, aunque se encuentra activa al 60 por ciento de su capacidad. Otra base de campismo de similares características fue construida en territorio antillano, en la playa de Barrancones.
La exbaloncestista Tania James veraneó en estos parajes, acompañada por sus dos hijos, durante varios días. Y sin excavar ni internarse en cuevas o desempolvar mapas, se percató de que el oro y las joyas siempre han sido naturaleza viva en una Antilla de leyendas, parajes y pueblo extraordinarios, donde tanto Leyva como Heastie se enamoraron de las mismas corrientes.