Conservas de frutas y vegetales de alta calidad son elaboradas en la minindustria holguinera Autor: Nelson Rodríguez Roque Publicado: 11/06/2020 | 03:43 pm
HOLGUÍN.—Como afinador en Control Automático y Robótica Industrial y además técnico en Nutrición, regresó Gaudencio Tejeda de Bulgaria hace mucho tiempo. Pachá (así lo conocen acá), terminó afinando su puntería en la rama de la producción de alimentos y sus bondades.
Este hombre de 60 años de edad es una enciclopedia andante sobre vitaminas, minerales y otros componentes de los alimentos. Se especializó en los rigores con que atenuar la diabetes y diserta sobre distintas terapias naturales.
Poco después de mudarse hacia la Ciudad de los Parques fue pionero, en 1994, en el desarrollo de minindustrias en este territorio, elaborando conservas de frutas y vegetales en un local que le facilitaron en el Consejo Popular Pedro Díaz Coello.
Empezó haciendo puré de tomate para el abastecimiento comunitario. Más de un cuarto de siglo en estas faenas y el añadido de las lecciones adquiridas en diferentes eventos teóricos, la asimilación del asesoramiento con expertos y la propia autosuperación, propiciaron notables mejoras en las 34 producciones que hoy realiza, junto a nueve trabajadores que le han ayudado a comercializar unas 300 toneladas de alimentos como asociado de la Cooperativa de Créditos y Servicios Fortalecida Adel Calderón.
Hoy, además de la población que sigue comprando sus conservas de primera mano, unas 20 empresas y varios puntos de venta de cooperativas agrícolas están pendientes de sus producciones. Las materias primas les llegan, a través de contrataciones, de unas 20 entidades de la región.
Sostener el desarrollo
José Luis Rodríguez, subdirector global de la Dirección Provincial de Economía y Planificación, y María Velázquez, jefa del Departamento de Desarrollo Local de esa dependencia gubernamental, explicaron que microempresas como la de Pachá surgen a partir de la especialización de un organismo o entidad y cada una tiene matices propios.
«En Holguín contamos con 98 minindustrias que producen alimentos, concebidas como proyectos de desarrollo local para garantizarles algunos recursos que contribuyan a su sostenibilidad.
Nos hemos enfocado sobre todo en esas porque contribuyen a la alimentación del pueblo o tienen posibilidad de exportar y sustituir importaciones, pero hay también otro grupo (60) que opta por la fabricación de materiales constructivos», precisa José Luis Rodríguez.
De vez en cuando, Pachá revisa sus libros en búlgaro o refresca las sugerencias transmitidas por amigos suyos del Minag (Ministerio de la Agricultura) y la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura). Quiere instalar un laboratorio y finalizar la obra civil de su local, que aún está al 50 porciento de ejecución.
Lo dejamos supervisando el batido de pulpa de mango y el llenado de botellas con mermelada. La vida le ha dado un hijo y se enorgullece, dice, de haber ayudado a concebir otros 27 a partir de sus recomendaciones nutricionales para parejas con dificultades de fertilidad.
Sazón completo
El «punto» de los potajes, fricasés yel arroz congrí en muchas cocinas holguineras lo ponen hoy los condimentos naturales de otra minindustria de la CCS Adel Calderón. De eso se encarga también la joven Yulitza Méndez, quien le ha sacado bastante provecho a lo aprendido como obrera calificada en Elaboración de Alimentos.
Cuatro años atrás, se unió a la fuerza laboral de ese emprendimiento, enclavado en la zona de Mayabe, y se empapó con los procederes para elaborar pastas de ajo, cebolla y pimentón, bijol de achote o cúrcuma, y sazón integral especial y completo.
En ella ha influido el ejemplo de Marbelis Cruz, quien dirige al pequeño colectivo: «Montamos un área de recepción de materias primas, donde se lavan y someten a un proceso de desinfección. Luego van a los tanques donde pasan un tiempo de maceración. Después se introducen en la máquina mezcladora según los porcientos requeridos y acaban en la máquina de molinaje, para envasarse posteriormente según los formatos de comercialización.
«Todo se concibe a base de plantas aromáticas (orégano, ajo y cebolla natural, cilantro, culantro…), sin químicos. Utilizamos aceite como conservante. El bijol de cúrcuma es uno de los renglones que más demanda presenta, porque además posee propiedades que favorecen la salud».
Sus producciones (unas 3,5 toneladas mensuales) las dirigen a puntos de venta de la CCS en esta ciudad y otra parte a clientes de las zonas central y occidental del país, principalmente instituciones médicas y deportivas.
«La materia prima la aseguramos con productores de la cooperativa y organopónicos. Somos tres trabajadores fijos y en etapas de mucha actividad contratamos personal extra», detalla Marbelis Cruz.
Baja la musa
En los primeros pasos de su sueño andan Inés María Estévez y su esposo Dairo Alfonso Fonseca. Juntos se han propuesto poblar la tierra recibida en usufructo en Las Biajacas (6,63 hectáreas) con plantaciones de guayaba enana, ciruela china, maracuyá, piña, mango, limón y lima.
De la combinación entre la formación universitaria de Inés María (graduada de Ingeniería Industrial y en cuarto año de Agronomía) y el origen campesino de Dairo Alfonso, nace la idea de que esta joven pareja, muy dada a las prácticas agroecológicas, inicien una minindustria de producción de jugos naturales.
Ambicioso, en el buen sentido de la palabra, es el proyecto que proponen, con pretensiones de encadenarse a hoteles del litoral holguinero y organizar exportaciones en el futuro.
Ya removieron el terreno y casi han levantado una casita al frente. El entorno se presta paratambién criar animalitos para el autoconsumo, sin desviar la atención de la meta principal. La Musa, así llamarán a suminindustria. Con ella en mente, están decididos a asentarse campo adentro.
Los condimentos de Mayabe se comercializan en otras regiones del país. Foto: Nelson Rodríguez Roque
«Pachá» terminó «afinando puntería» en la rama de la producción de alimentos. Foto: Nelson Rodríguez Roque